«Cuando me nombran el Mercosur se me pone la piel de gallina»

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Para el director de Motociclo la empresa dejó de ser exportador de bicicletas a ser importadora de electrodomésticos por las constantes trabas para ingresar su producción a Argentina.

Según Rozenblum, el Mercosur “no funcionó”.

Con Leonardo Rozenblum, director de la empresa Motociclo.

 

Entrevista emitida el martes 21/04/09 en Producción Nacional — 1410 AM LIBRE

 

Unos 95 trabajadores de la empresa Motociclo están a punto de ser despedidos, cuando se venza el período del seguro de paro.

A diferencia de otras empresas que están siendo afectadas por la crisis internacional y que han decidido enviar a sus empleados al seguro de paro, la situación de Motociclo se está planteando en forma diferente. La dirección de la empresa sostiene que el cierre de la planta va más allá de la crisis internacional, que se debe principalmente al encarecimiento de la mano de obra, a las trabas históricas a las exportaciones con Argentina y a la caída de las ventas.

Uno de los directores de Motociclo dijo que fabricar bicicletas en Uruguay se había vuelto una actividad industrial inviable. En menos de diez años la empresa Motociclo, que tenía una producción industrial de 350.000 bicicletas por año y que era una empresa exportadora, se ha transformado en una empresa importadora. Ahora son uno de los principales importadores de electrodomésticos del país.

Luego de una reunión con el director de Trabajo, Julio Baráibar, uno de los directores de Motociclo, Leonardo Rozenblum, explicó en Producción Nacional sus perspectivas respecto a la solución del conflicto y el futuro de la empresa.

 

Alejandro Landoni — ¿Cuál es la situación en este momento? Ustedes se reunieron con las autoridades del Ministerio de Trabajo, intentando explicar la situación por la que atraviesa la compañía.

 

Leonardo Rozenblum — Sí, es así. El lunes nos reunimos con el director de Trabajo y le informamos sobre la situación y los motivos por los cuales Motociclo cesa su actividad industrial en el Uruguay.

Fue una conversación muy amena e interesante donde compartimos información sobre los aumentos que ha habido en los últimos años del costo directo de armar bicicletas acá en Uruguay; cómo afectó las trabas que impuso Argentina a las exportaciones uruguayas de bicicletas. No es lo mismo producir 350.000 bicicletas, que pasar a producir 50.000 nada más.

La escala de producción fue uno de los factores fundamentales que afectó y aumentó los costos de fabricación.

 

A.L. — Motociclo llegó a reclamar en el Tribunal del Mercosur por los problemas de exportación a Argentina, ¿eso se solucionó?

 

L.R. — Por primera vez se utilizó en Uruguay la solución de controversia entre dos países miembros del Mercosur y después de ocho meses, fue favorable a Uruguay y permitieron nuevamente el ingreso de las bicicletas a Argentina.

Después, comenzaron inmediatamente otro tipo de trabas para-arancelarias. Ya no era más cuestionamientos de origen, sino que eran otro tipo de cuestionamientos y eso hizo que los camiones no pudieran cruzar la frontera; intervenciones de parte de nuestro gobierno al gobierno argentino que no satisfacían a las autoridades argentinas y siempre impidieron el ingreso de las bicicletas.

Eso fue mermando las posibilidades hasta que ya hace tres años que es totalmente imposible exportar bicicletas a Argentina.

 

A.L. — Cuando a usted le nombran el Mercosur, ¿qué es lo primero que se le viene a la cabeza?

 

L.R. — Se nos pone “la piel de gallina”. Fíjese que cuando se empezó a hablar del tema Mercosur, nosotros teníamos una industria que estaba a mitad de camino y teníamos dos opciones, o invertíamos, nos preparábamos y decidíamos ser industriales o nos dedicábamos a ser solamente importadores.

En ese entonces, —hace diez años atrás—, decidimos que había que ser industrial y nos jugamos por el Mercosur. Hicimos inversiones locas y fuertes en tecnología y nos fue mal. Lamentablemente, el Mercosur no funcionó y nunca pudimos tener oportunidad en nuestras exportaciones.

 

A.L. — El otro factor importante al que hacía alusión hablando de la situación actual, es el costo directo de armar bicicletas en Uruguay. Usted dijo que los salarios subieron un 35% en dólares en el último tiempo.

 

L.R. — Desde la aplicación de los Consejos de Salarios, desde el 2005 a la fecha, la incidencia hoy de los salarios a nivel industrial, medida en dólares, tuvo un aumento de un 37%.

Quiero aclarar que no estamos en contra de los Consejos de Salarios ni de los aumentos salariales. Nuestra empresa siempre los ha respetado y todos los convenios se acordaron y siempre se pagaron. Son cosas separadas.

Pero los aumentos lamentablemente es uno de los factores que ha hecho perder competitividad y que la fabricación de bicicletas en el Uruguay sea una actividad inviable.

 

A.L. — ¿Este es el único factor o hay otros factores que han incidido en este aumento de costos?

 

L.R. — No, hay muchos factores, es un cóctel de cosas. Como le decía anteriormente, no es lo mismo fabricar 350.000 bicicletas que fabricar 50.000 con la misma tecnología, por un tema simple de matemática: cada bicicleta aumenta su costo.

Después, han habido muchos: las exoneraciones de los impuestos patronales, que se levantaron hace un tiempo atrás, también han hecho que aumente el costo de todos los industriales en este país.

No es un solo factor, no le podemos echar la culpa solamente al aumento de la mano de obra.

 

A.L. — En esta situación actual a la que se ha llegado, ¿Motociclo no ha podido reincorporar trabajadores en otras áreas vinculadas a la importación de los electrodomésticos o en talleres a los cuales les estarían mandando trabajo para armar motocicletas?

 

L.R. — Es muy buena su pregunta. Nuestra empresa se ha reconvertido fuertemente en los últimos cuatro o cinco años; hoy somos la mayor red de electrodomésticos en todo el país.

Cuando uno decide dejar de ser industrial, no es de la noche a la mañana. Es un proceso que lleva más de un año.

En todo ese proceso se ha reinsertado muchísima gente de la parte de industria a la parte comercial. Le puedo decir que solamente en los últimos dos o tres meses, 28 personas que estaban en el área de Soldadura, Balancines; hoy están trabajando en Depósito, y hasta le digo más, en la fábrica de armado de bicicletas nos dimos cuenta que teníamos a una persona que tenía una gran experiencia en diseño y hoy está trabajando como diseñador gráfico en nuestra área de Marketing. O sea, que sí, sin dudas lo primero que hicimos fue ver cómo podemos reconvertir nuestra gente para que pase al área Comercial.

En forma paralela le quiero comentar que si bien es lamentable el despido de 90 personas, nuestra empresa en el año 2004 tenía 70 personas destinadas al área Comercial y hoy tiene 280.

 

A.L. — Es decir que ha habido un cambio de rubro.

 

L.R. — Totalmente. Hoy ya no somos más el Motociclo fábrica de bicicletas; hoy somos una empresa que se dedica a la importación y su facturación más importante es el rubro de electrodomésticos.

 

A.L. — ¿Qué pasa con esos talleres que estarían armando motos para Motociclo en forma tercerizada, parte de los reclamos del sindicato a la empresa?

 

L.R. — Nosotros todavía tenemos unas 13 o 14 personas armando motos en nuestra Planta Industrial. La moto importada viene totalmente armada; lo único que se le hace es un ajuste final del manubrio, las ruedas, etcétera.

Con esas 14 personas nosotros abastecemos a nuestros locales, y alguna necesidad extraordinaria -algún color o algo puntual- se manda a algún taller en forma tercerizada a armar, sin necesidad de dar trabajo los 30 días del mes. Eso es lo que nosotros le explicábamos al sindicato.

Les mandamos a armar tres, cuatro o diez motos y después por el resto del mes no los necesitamos más. En cambio, nosotros no podemos traer a gente del seguro de desempleo diciéndoles que armen diez motos y para que dentro de tres días vuelva al seguro de desempleo. No hay continuidad, es algo muy puntual que se utiliza como una herramienta en algún momento.

 

A.L. — ¿Cuál fue la reacción de Julio Baráibar, el director de Trabajo, cuando le explicaron esta situación?

 

L.R. — Es la primera vez que tengo una reunión con el Sr. Baráibar y me pareció una persona muy inteligente y muy abierta. Entendió perfectamente que no somos más industriales.

Había propuestas del sindicato de extender el seguro de desempleo y él mismo lo descartó, porque la extensión del seguro de desempleo la otorga el gobierno, no lo otorga la empresa, y se otorga cuando hay una merma de trabajo y hay una oportunidad de que haya nuevamente una actividad industrial o comercial. En nuestro caso, como es clarísimo que no vamos a tener una actividad industrial, la extensión del seguro de paro queda sin efecto.

Fue una reunión muy interesante y productiva.

 

A.L. — ¿Cómo ve el futuro de Motociclo?

 

L.R. — Motociclo hoy está muy firme en el mercado. Estamos creciendo fuertemente en nuestra presencia en el mercado, mañana inauguramos un nuevo local en el Shopping de Punta Carretas. Estamos en esa reorientación de nuestra empresa hacia un nuevo rubro y estamos contentos.

El país creció todo este tiempo, hasta unos meses atrás en donde vino una desaceleración acelerada muy importante, pero confiamos. Seguimos invirtiendo en Uruguay.

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