Eficiencia energética a gran escala: el caso Portones Shopping

1
2823

Los shoppings son unos de los grandes gastadores de energía. Portones Shopping está ejecutando un sistema de gestión ambiental para promover la eficiencia energética.

Algunas de las acciones enmarcadas en el sistema de gestión ambiental son la racionalización en el consumo de la electricidad y del agua, la gestión de los residuos sólidos, y también están haciendo una serie de servicios de extensión a la comunidad.

Portones fue el primer shopping del mundo que obtuvo la certificación ISO 14001, la entendida en el tema medioambiental, y el año pasado ganó el Primer Premio de Eficiencia Energética para el Sector Comercio y Servicios, un galardón que otorga el Programa Nacional de Eficiencia Energética. En la declaración que presentaron para ganar este premio, los responsables del Portones Shopping informaron que el programa de racionalización de la energía eléctrica les permite ahorrar 344 megawatt al año.

Imaginen que uno de estos grandes generadores de UTE de la Sierra de los Caracoles da 2 megawatt y acá estamos hablando de un ahorro de 344 megawatt al año que representaban $ 771.000 anuales y 198 toneladas menos de emisiones menos de carbono. Para conocer cómo se ha implementado este programa conversamos con Fernando Manfredi, Gerente de Operaciones de Portones Shopping.

 

Alejandro Landoni — Cuando entramos a un shopping está el aire acondicionado, las escaleras mecánicas, los ascensores, las bombas para el agua, toda la iluminación de las áreas comunes, locales, estacionamientos, muchos artefactos eléctricos funcionando.

¿Cuánto gasta Portones Shopping en promedio diario o mensual?

Fernando Manfredi — En dinero $800.000 o $ 900.000 mensuales.

Cuando hablamos de consumo de energía, el aire acondicionado se lleva la mitad de todo ese consumo. Climatizar el shopping es algo importante. Nuestros clientes valoran el estar en un lugar cómodo en invierno y fresco en verano y eso tiene costos. El resto se reparte en iluminación, sistemas de bombeo, y otros elementos chicos.

A.L. — La iluminación imagino que también ha de ser todo un tema, porque más allá de las áreas comunes del shopping están los propios locales que a todos nos gusta entrar a locales con vidrieras bien iluminadas y visibles.

F.M. — Además la venta depende de eso. De exhibir bien el producto, de que tenga los colores adecuados y que tenga muy buena iluminación. En eso los expertos en ventas hacen un uso bien racional, pero lleva un consumo bien importante y también aumenta el calor esa cantidad de iluminación.

A.L. — Sobre todo porque muchas veces son dicroicas y esas largan bastante calor.

F.M. — Hay de todo. La dicroica se está dejando porque es muy buena para exhibir algunos elementos pero genera mucho calor y consume mucho. En fin, por varias cosas.

Quienes visitan un shopping en invierno destacan la buena calefacción, pero aquí en Montevideo no hay ningún shopping con calefacción, y no conozco que haya en otro lado. Es el calor que genera toda la iluminación. Lo que sí hay que hacer es refrigerar el shopping, inclusive en invierno.

A.L. — Aún en invierno tienen que tener el aire acondicionado en frío prendido, cuando a veces afuera hace un frío de cinco u ocho grados.

F.M. — Ese es uno de los elementos que estuvimos trabajando para este proyecto de eficiencia energética.

Captar el aire exterior fue una de las acciones que se llevaron adelante, inyectarlo a las manejadoras de aire y evitar la generación de agua fría.

A.L. — En esencia es lo mismo que hacemos en nuestra casa cuando tenemos calor: abrimos la ventana. En el caso de ustedes es más complicado.

F.M. — Hay que llegar hasta el corazón del shopping.

A.L. — Eso que dice, que parece tan sencillo, en realidad no se hace en todos los lugares. En realidad, tienen todo el año el aire acondicionado prendido largando frío.

F.M. — Es lo más fácil. Cuando encaramos el programa de eficiencia energética uno de los elementos más importantes fue trabajar sobre el aire acondicionado y para eso —ya un poco entrando en lo que es la eficiencia energética en el shopping—, tomamos tres medidas: dos que tienen que ver con el aire acondicionado y una que tiene que ver con la iluminación.

Con el aire acondicionado lo que hicimos fue inyectar el aire exterior. El sistema de aire lo maneja una computadora y nosotros tuvimos que colocar lectores de temperatura exterior y de humedad y allí hay una ecuación y esa información llega a la computadora, la computadora maneja ésto y hace actuar unas persianas que llevan las manejadoras de aire y automáticamente se abren y se toma el aire exterior, se inyecta y deja de circular el agua fría y por lo tanto el generador. Esto se llama free cooling, y con esto hemos logrando una rebaja muy importante en el consumo, sobre todo en invierno. En verano ya es difícil porque el aire exterior tiene otra temperatura y ahí hay que recircularlo en algunos momentos. Como el aire acondicionado de un auto que tiene dos botones, uno para recircular y otro para inyectar el aire exterior.

Lo otro fue instalar el sistema de bombeo. El aire acondicionado en un shopping se distribuye por cañerías de agua fría (que está a 5º o 6º), las hacemos llegar a cada uno de los locales, los locales lo hacen pasar por una serpentina y sopla un ventilador y tienen la sensación del agua fría. Dependiendo de la temperatura exterior necesitamos más o menos caudal de agua fría circulando por las cañerías. Para eso necesitamos colocar variadores de velocidad en los motores que ya estaban instalados. Esa fue una inversión que se hizo porque hubo que cambiar todos los motores. Esa información le llega a los motores y les dicen: “Giren con tanta velocidad o con tal otra”. Entonces, adecuamos el consumo de todos esos motores.

También las escaleras mecánicas las estamos sustituyendo por otras que tienen variadores de velocidad, va lentamente girando la escalera y cuando alguien ingresar a ella el lector avisa y aumenta la velocidad.

A.L. — Es decir que si no hay nadie que vaya a utilizar la escalera…

F.M. — Si no hay nadie, funciona muy lento y con un consumo muy bajo porque no tiene peso encima.

Estos variadores de velocidades son tecnologías relativamente nuevas y en el sistema de aire fue donde se colocaron para este proyecto del cual estamos hablando.

A.L. — También está todo el tema de la iluminación. Ustedes introdujeron el factor dimmer (la luz a veces está más brillante en un momento que en otro).

F.M. — Exacto. También se instaló un equipo de dimerización para todo el estacionamiento del shopping.

A nivel doméstico podemos colocar un dimmer, pero un dimmer para toda esta cantidad de luces es un equipo complicado y también tiene su computadora propia y tiene en cuenta la luz —a qué hora hay luz, cuándo, las épocas del año, etc.—, además de lectores instalados en lugares estratégicos del shopping.

A.L. — La luz es importante para un shopping. ¿Estamos hablando de las luces exteriores o de las luces de los pasillos?

F.M. — Esto fue para exterior.

A.L. — Es importante porque en un shopping hay factores de buena visibilidad, de que sea agradable y llamativo para entrar, pero también están los factores de seguridad o sea que es un tema neurálgico.

F.M. — La gente que nos instaló los equipos nos hizo un informe de los primeros dos años de instalado este sistema: el ahorro real fue del 35% en el consumo de la energía. Obviamente, maneja distintos niveles de luz a las distintas horas y además tiene en cuenta los horarios de apertura y de cierre del shopping, la presencia de gente en el shopping. A las cuatro de la mañana vemos una luz mucho más apagada y menos brillante que en el horario pico y tenemos que tenerla porque la seguridad lo requiere.

A.L. — Además del consumo de energía eléctrica, otro de los consumos importantes sobre los cuales trabajaron tiene que ver con el agua.

F.M. — Consideramos la posibilidad de utilizar un agua alternativa para usos de limpieza y cosas de ese tipo, y en los casos como para las torres de enfriamiento para los aires acondicionados, riego, etc. Varios usos donde no necesitamos que el agua sea potable.

A.L. — ¿Cuántos metros cúbicos se utilizan en Portones Shopping?

F.M. — El consumo mensual anda en los 300 metros cúbicos más o menos. Estoy hablando de un promedio anual… en verano es un poco más. Trescientos metros cúbicos es un consumo razonable. Son aproximadamente 10 metros cúbicos por día.

No solamente utilizar agua alternativa para riego, para limpieza, etc. sino que también esablecimos que el consumo en los baños (que es el gran consumidor de agua), sea algo racional. Ahora pusimos retardo en las canillas, (las originales a veces quedaban abiertas), entonces se aprieta el botón y está calculada la cantidad de agua que lleva y si se necesita más, vuelve a apretarlo.

La cisterna se llegó a un óptimo de cantidad de litros. Las cisternas instaladas en Uruguay andan en los 14 litros y nosotros las bajamos a 9 de promedio y funciona bien y tenemos también un ahorro importante… porque el agua no solamente es el mal uso del agua potable, sino que potabilizar el agua también tiene un costo importante.

A.L. — ¿La potabilizan ustedes?

F.M. — No, es el agua de OSE.

A.L. — ¿Extraen agua de OSE o tienen un pozo propio?

F.M. — Tenemos un pozo para uso en estas áreas donde se requiere potabilidad. De todas maneras, el agua es analizada y es de muy buena calidad. Es potable siempre. Es un pozo bastante profundo.

A.L. — Cuando se utiliza menos agua de OSE también paga menos en la tasa de saneamiento.

F.M. — Sí, si es riego no va al saneamiento, va al riego.

A.L. — ¿Cuándo empezó el interés en Portones Shopping por ahorrar agua, energía y dedicarse al programa de residuos sólidos?

F.M. — Desde que inauguramos el shopping tenemos esa preocupación por el cuidado.

Antes de haber inaugurado Portones, hace 16 años, yo era un productor rural, lo había sido durante más de 20 años, y estaba instalado en el norte del país, donde los recursos eran muy limitados y aún hoy no hay energía eléctrica todavía. Entonces teníamos que ser muy cuidadosos con la energía eléctrica, muy cuidadosos con el agua. No había agua en abundancia.

También teníamos instalado un tambo, entonces con el frío había que ser muy ordenado. Era algo que a mí personalmente me gustó mucho y de alguna manera intenté llevar estas experiencias a un shopping.

A.L. — Y le llevaron el apunte.

F.M. — Tuve todo el apoyo de la Dirección del shopping y lo sigo teniendo hoy.

A.L. — En el tema de la eficiencia energética, más allá del tema tecnológico, hay un componente cultural que tiene que ver con el uso que hacemos. Ustedes tienen mucha tecnología que ayuda a que el uso sea más racional, pero a la hora de convencer a un Directorio -imagino que habrá ido con los números de la plata que se ahorraban-, pero ¿fue un trabajo fácil o no?

F.M. — No, porque fueron pasos que se fueron dando. Lo primero que hicimos en nuestra gestión de residuos fue que como había una enorme cantidad de cartón, que nos costaba mucho dinero deshacernos de ellos porque para los residuos de un shopping hay que pagarle a una empresa para que los lleve a la usina, yo pensaba además que estábamos tirando ese valor también. Entonces, empezamos vendiendo los cartones a una cartonera de plaza.

A.L. — O sea que el comienzo de todo este proceso fue con los residuos sólidos.

F.M. — Exacto, así empezamos.

Después con lo generado de la venta de esos cartones compramos una compactadora y empezamos a ordenar más el reciclado. Después le agregamos todo lo que era plástico y nylon, luego nos fue gustando ésto y nos vinculamos con una empresa que nos asesoró, y lo hace hasta el día de hoy, en temas ambientales y vimos que podía ser interesante sacar una certificación del tipo ISO 14.001.

A.L. —¿En qué año lo hicieron?

F.M. — En los comienzos del shopping, año 1994. Pero cuando empezamos el proceso de certificación debe de haber sido en el año 1997 o 1998 porque en el 1999 tuvimos la certificación y desde ahí siempre con auditorías anuales, la mantuvimos.

A.L. — Además de preclasificar y de recuperar el plástico y el cartón, dentro de ese programa están haciendo una experiencia de inclusión social, porque trabajan con clasificadores de la zona.

¿Cómo es esa parte del trabajo?

F.M. — Como le decía, ha sido un proceso y siempre hemos tratado de darle una mejora al sistema. Son muchos los ítems que hoy se apartan. Antes lo hacía la misma empresa de limpieza del shopping, que tenía un equipo de trabajo que se dedicaba a esto. Un día pensamos que estaría bueno incursionar con la gente que es profesional en el tema. Los profesionales son los que hoy están haciéndose de estos elementos en los contenedores. Nos vinculamos con la obra del padre Cacho —la Organización San Vicente—, y ellos nos informaron un grupo de gente que estaba trabajando recolectando residuos en la vía pública y por distintas razones habían estado ahí, y lo cierto es que ya hace casi cuatro años que este equipo se conformó en una sociedad y nos está haciendo toda la selección de estos productos.

Nosotros les damos el lugar, las máquinas y la energía y ellos en los galpones del shopping reciclan todo lo que se puede reciclar. Hay varios elementos: algunos van al rehuso, otros van al reciclaje, otros van al consumo, como son los orgánicos, porque ellos tienen algunos acuerdos con criaderos de cerdos. Lo cierto es que de una tonelada de residuos que antes se tiraba a la usina, hoy estamos tirando la mitad.

A.L. — Es una cifra importante.

F.M. — Esta gente lo vende.

A.L. — Y el dinero se lo quedan ellos.

F.M. — Se lo quedan todo ellos. Hay algunas condiciones. Esto tiene que ser absolutamente formal. Todo tiene que estar documentado, todo tiene que tener boletas. Algo que costó…. a ellos les chocaba y decían: “¡Cómo vender con boleta! ¿Qué es esto?” Hoy están orgullosos porque gente de otras empresas que los van a ver, ellos con orgullo les comentan: “Pago mis impuestos. Pago BPS. Pago mis cosas y tengo mis derechos”. Eso es fantástico.Es gente que está totalmente incluida, que tiene su negocio funcionando.

A.L. — ¿Cuántas personas están trabajando?

F.M. — Hoy son cinco.

A.L. — ¿Trabajan todo el año?

F.M. — Todo el año.

Ellos se ordenan y tienen que tratar de sacar el máximo resultado. Ese máximo resultado un poco lo ordena el mercado, porque es el mercado el que les va diciendo: el cartón tiene que estar limpio, tiene que estar así y entonces ellos cuidan de que no se contamine.

Hay varias categorías de plásticos, nylons, etc. que ellos las conocen perfectamente porque viven de ese negocio. Lo mismo pasa con los orgánicos que son restos de la plaza de comidas, del supermercado y los criadores de cerdo tienen una muy buena ración de esto.

A.L. — ¿A la interna del shopping qué cuidados tienen? ¿Qué preclasificación de residuos tienen?

Un local por ejemplo, ¿tiene que tirar el plástico por un lado, el cartón por el otro, la yerba del mate por otro lado?

F.M. — El local comercial tiene una relación con el shopping de alquiler. Ellos alquilan un local para uso comercial. Ese local es dueño de sus residuos hasta que decide entregárselos a esta cooperativa que está funcionando, de manera que hasta que no la entrega es de su propiedad y puede hacer lo qué quiera. Hay empresas que apartan su cartón y hacen su negocio aparte y son dueños de eso.

Nosotros hemos tratado de transmitir a los locales la importancia que tiene por lo menos apartar las grandes cosas porque si ensucian un montoncito de hojas de papel blanco es una lástima porque esta gente va a perderse de vender esas hojas que tienen un buen precio en el mercado.

Tratamos de decirle que la cebadura de yerba, la bolsita de té y todas estas cosas que las pongan en una bolsa y los papeles y todo lo demás que queden lo más limpio posible.

A.L. — Es voluntario.

F.M. — Es voluntario. Todas estas cosas tienen que ser voluntarias y es como sale mejor. No somos muy amigos de lo obligado.

A.L. — Ahora hablaremos de otro tema muy importante que es la extensión a la comunidad.

¿En qué consiste?

F.M. — Entendemos que es bueno contar qué son estas buenas prácticas ambientales. A veces parece un poco pedante que lo digamos y puede ser que alguien nos cuestione “¿Quién sos para decir qué es lo bueno y qué es lo malo?”

Nosotros tenemos auditorías que nos están diciendo que vamos por el buen camino y que nos exigen la mejora contínua. Creemos que es una buena experiencia y no hay mucho en Montevideo que se pueda mostrar, entonces hay muchos niños de escuelas y colegios de la zona que nos visitan en las áreas comerciales. Vendrán con sus padres a ver… no sé, pero nos gustaría mostrarles qué pasa en la trastienda, qué es lo que sostiene a un shopping center.

Nos gustaría mostrarles y que vean los sistemas de aire acondicionado, por dónde llegan todos los tendidos eléctricos y todo el sistema de agua fría que contaba recién, la telefonía, el cableado de datos… nos gustaría que conocieran el interior del shopping y por supuesto es muy importante que conozcan cómo se gestionan los residuos del shopping, porque sus maestras en todas las escuelas y colegios lo tienen clarísimo, pero ¿quién lo hace?

Entonces, aquí tienen la oportunidad de ver a la gente trabajando y tienen la oportunidad de preguntarles a ellos cómo lo hacen, cómo funciona, cuáles son los valores, a quién se lo venden, para qué están apartando esas botellas, porqué apartan las que son blancas, las que son verdes…

Cuando hablamos de extensión, lo que queremos es contarles en particular a los niños, aunque también nos visitan jóvenes de Secundaria y también nos han visitado de universidades como la Facultad de Ingeniería para sacar algunos elementos y ver cómo poder implantar ésto en otros lugares.

Hay mucho para hacer. De eso se trata un poco nuestra difusión a la comunidad.

1 Comentario