«El turismo es parte del enamoramiento que la gente tiene con el vino»

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Hace ya cuatro años que un grupo de 14 empresas familiares decidieron invertir en el reacondicionamiento de sus establecimientos para abrir sus puertas a los visitantes.

Esta iniciativa los ha sumergido en un complemento que día a día va cobrando importancia en el rubro.

Con Ana Inés Motta y Sebastián Delorrio, Coordinadora y Secretario de la organización «Los Caminos del Vino»

Entrevista emitida el jueves 05/03/09 en Producción Nacional, 1410 AM LIBRE

 

Alejandro Landoni – Con el objetivo de llevar al turismo más allá del producto sol y playa, los operadores están buscando distintas alternativas para que los visitantes extranjeros puedan conocer con mayor profundidad nuestro país.

El turismo enológico es una de las alternativas disponibles, un mercado que está en franca expansión a lo largo y a lo ancho del mundo.

¿Qué es el turismo enológico? Consiste en la visita de bodegas y viñedos. Algo que se hace en otras partes del mundo como: Francia, España, Sudáfrica, Australia, e incluso en Argentina y Chile donde la actividad ya tiene varios años de buen funcionamiento.

Actualmente el número de turistas extranjeros, especialmente norteamericanos y brasileños, que llegan a nuestro país y deciden recorrer bodegas está aumentando.

Intentando explotar esta capacidad turística del vino, es que desde hace cuatro años existe un grupo de 14 bodegas familiares uruguayas que han unido sus esfuerzos para invitar a los amantes del vino y aquellos que quieren conocerlo, a acercarse a su producción y cómo es una bodega por dentro.

Esta es la premisa con la cual nació «Los Caminos del Vino», un emprendimiento desarrollado por la Asociación de Turismo Enológico del Uruguay que busca que los consumidores conozcan: la identidad, la cultura y formas de trabajo de algunas de las bodegas de nuestro país.

La entrevista es con Ana Inés Motta, Técnica en Dirección y Administración de Empresas Turísticas, egresada de la Universidad Católica, y Sebastián Delorrio Licenciado en Marketing y encargado del área de Comunicación de la bodega y viñedos Casa Filgueira, una de las bodegas tradicionales de nuestro país.

¿Cómo surge esta idea? ¿Frente a qué necesidades resolvieron organizar «Los Caminos del Vino»?

Ana Inés Motta – Empezamos a ver que el público uruguayo tenía ganas y motivación para visitar las bodegas pero a veces faltaba la invitación.

A partir de la iniciativa del Día del Patrimonio, donde se constató que las bodegas empezaron a recibir gente, decidimos armar un calendario con eventos para invitar a los uruguayos a que vengan a hacer distintas actividades y se puedan acercar a la cultura del vino.

A.L. – ¿Son bodegas de distintas zonas del país o son del área metropolitana?

Sebastián Delorrio – Son bodegas de todo el país. Es importante destacar que son 14 bodegas; 14 empresas familiares lo que lleva a un trabajo en conjunto. Hay que ponerse de acuerdo en un montón de puntos que nos son fáciles de discutir.

La mayoría están situadas en Canelones, pero también hay bodegas en Maldonado, Salto, Rivera y Montevideo, es decir que el espectro es bastante amplio si bien la mayoría se concentra en Canelones y la zona más cercana a Montevideo.

Creo que es importante destacar que son 14 bodegas uruguayas, cada una con un plantel de trabajo importante, que han visto en el turismo enológico un atractivo más para el público que gusta del vino, que lo consume o que no.

A.L. – Las bodegas tienen un patrimonio cultural bien interesante, algunas son muy antiguas.

S.D. – La bodega histórica por excelencia, que forma parte de «Los Caminos del Vino» es Los Cerros de San Juan, incluso fue nombrada por la Unesco como Patrimonio Histórico de la Humanidad.

A.L. – Una bodega que vivió momentos difíciles. Hace muy poco la remataron, pero que tiene unas instalaciones, y una cava de piedra…

S.D. – Espectacular; es un pedazo de historia. Todavía hay vinos de aquella época. Uno queda paralizado ante esa belleza.

El vino habla por la eternidad, entonces pueden pasar las personas y la historia de una bodega, pero el vino siempre va a mantener su discurso. Nos lo dice cuando se descorcha la botella. No hay que perderse esa experiencia.

A.L. – Incluso hay todo un saber hacer desde hace ya muchos años en el mundo del vino, que me imagino que se podrá apreciar en estos recorridos.

¿Quiénes son las personas que hoy están consumiendo este producto turístico? ¿Se trata de uruguayos o en su mayoría son extranjeros?

A.I.M. – Hay parte de público nacional que se está animando a ir a visitar las bodegas. Pero también estamos viendo que el publico extranjero, como por ejemplo los cruceristas hacen recorridos a las bodegas. Es gente que ha probado algún vino nuestro en alguna parte del mundo y con la curiosidad de saber qué es esto que se llama Uruguay es que llegan acá. Acompañado del vino recorren también otros atractivos de nuestro país, lo que les permite conocerlo más en profundidad a partir de ese interés de conocer la cultura del lugar.

S.D. – Hay una diversidad importante de público.

Para presentar una anécdota: nosotros en el Día del Patrimonio recibimos gente de turismo interno, incluso hemos tenido la visita de gente que ha llegado en bicicleta o en auto, pero que vienen de Santa Lucía, muy cerca. Casa Filgueira está situada en el km 7 de la Ruta 81. Estos visitantes nos dicen… «Mirá yo siempre vivía acá a medio kilómetro de la bodega y no la conocía». Hoy porque se convoca y está en boca de todos conocer las bodegas, ese vecino fue, conoció las instalaciones y quedó asombrado de lo que tenía tan cerca.

También de repente aparece un tailandés o alguien de Australia que llega a la bodega porque entró al sitio de «Los Caminos del Vino» y está ávido de probar vinos en la bodega. Ellos también forman parte de nuestro público.

A.L. – ¿Tienen cuantificado el número de personas que los visitan y el dinero que les reporta?

S.D. – Es muy diverso y recién ahora estamos empezando a trabajar en los registros.

Si bien, cada bodega tiene su forma de clasificar la información con respecto a los visitantes y lo que le reporta, no hay nada oficial.

Recién a partir de este año nos estamos preocupando por dejar esa base de datos ya que es entendemos que es importante medir los proyectos que tenemos en marcha.

A.L. – Pero, ¿qué reporta este turismo enológico? ¿Es un plus en la actividad productiva? ¿Se trata de una actividad estratégica para atraer nuevos clientes? O, ¿quizás a alguna bodega el turismo le reporta tanto dinero como el mismo vino que venden?

S.D. – La mayoría de las bodegas uruguayas nació como productora y elaboradora de vinos. Nunca se había planificado armar una bodega para que fuera visitada. El principal objetivo de las bodegas era elaborar los vinos.

A medida que fue surgiendo la idea de visitar bodegas como algo atractivo (más allá del vino), fue que cada una de las bodegas que están participando en «Los Caminos del Vino». Así es que se fueron acomodando las distintas infraestructuras.

Últimamente, vemos bodegas que tienen con una unidad de negocio diferente a la elaboración de vino, dedicada al turismo enológico, y eso es muy positivo.

Es muy positivo porque el turismo enológico tiene varias aristas. Por un lado, el hecho de disfrutar de un ambiente natural, en contacto con la naturaleza. Pero hay otro tipo de aspectos del turismo enológico: por ejemplo, tenemos un posible importador en Afganistán, Pakistán, Brasil o en Argentina y lo llevamos a la bodega para que conozca cómo se trabaja allí, cuál es el entorno natural, etc.

Hay varios objetivos del turismo enológico y cada bodega va dándole el espacio que considera a esta iniciativa.

Cada vez más el turismo es parte de ese enamoramiento que la gente tiene con el vino.

En el Día del Patrimonio mucha gente nos decía: «yo quiero venir a la hacer la vendimia», o «yo quiero venir a podar», y todo eso significa que la gente quiere participar.

O sea, usted va a ir y va a tocar el racimo que va a formar parte del futuro vino de la cosecha 2009.

A.L. – La apertura de las bodegas habla de la importancia que este grupo de 14 empresas familiares le está dando a la actividad del turismo.

A.I.M – Sí, justamente también el hecho de acondicionar un lugar de trabajo en un lugar para recibir turistas también lleva tiempo e inversión: se hicieron salas de degustación; se contrató personal capacitado para poder atender a esas personas.

Hay todo un trabajo detrás de este abrir puertas que también es el fruto de ir trabajando cuatro años y en conjunto. Si bien a veces puede ser complicado, también genera los beneficios del compartir experiencias, del aprender juntos.

A.L. – ¿La organización «Los Caminos del Vino» tiene como objetivo el turismo o también la exportación algún producto en común?

S.D. – No, son unidades de negocio diferentes. Las bodegas tienen una organización específica para la exportación de vinos que se llama la Asociación de Bodegas Exportadoras. La mayoría de las bodegas que estamos en «Los Caminos del Vino» formamos parte de esa Asociación y es a través del organismo que se canalizan las exportaciones.

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