«Escenario positivo y de probables acuerdos»

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El ministro de Trabajo explicó los lineamientos que quiere incluir el gobierno en esta ronda de negociación colectiva: capacitación y la inserción de la mujer en el mercado laboral.

Ministro de Trabajo, Eduardo Brenta

Eduardo Brenta explicó también, en entrevista con Producción Nacional, que el gobierno definió exonerar a los empresarios del pago del complemento de la cuota mutual para aquellos trabajadores que tengan los salarios más bajos, como forma de elevar las remuneraciones de los trabajadores más sumergidos. El ministro aclaró que la renuncia fiscal que implica esta medida equivale a un punto porcentual del Impuesto al Valor Agregado (IVA).

El Poder Ejecutivo informó a trabajadores y empresarios sobre los lineamientos generales que van a regir en la próxima ronda de negociación colectiva. Los ministros de Economía y de Trabajo fueron los encargados de comunicar los principales puntos que el gobierno pretende incluir en los próximos Consejos de Salarios.

A nivel económico, la idea es dejar atrás el concepto de recuperación salarial que fue utilizado durante las últimas rondas de negociaciones, y apuntar a aumentar el salario teniendo en cuenta las características específicas de cada sector productivo. En ese marco, el ministro de Economía Fernando Lorenzo explicó que los Consejos de Salarios deberán tener en cuenta tres parámetros: el crecimiento económico, la inflación y la productividad de cada sector.

Además, se hizo un énfasis especial en que se van a impulsar temas que van a trascender la negociación específicamente salarial y de categorías dentro del trabajo, lo que es muy discutido en el sector empresarial. Como ejemplos de estos otros temas a discutir se mencionaron: la formación profesional, el subsidio por maternidad, la inclusión de los sectores más vulnerables al mercado de trabajo y también el combate a la informalidad, entre otros.

Alejandro Landoni — ¿Se pueden resumir estos lineamientos que han presentado diciendo que el salario y el empleo deben ir acompasados al crecimiento o con el crecimiento económico?

Eduardo Brenta —Sí. En realidad lo que estamos planteando es una negociación de otras características, basada primero en la transparencia absoluta respecto a los elementos macroeconómicos —todo lo que tiene que ver con la realidad a nivel internacional y nacional—, poniendo sobre la mesa todos los elementos de los que dispone el gobierno sobre qué va a suceder en el ámbito económico en los próximos años. Esto sobre todo apunta a otorgar transparencia y previsibilidad dentro del margen de las posibilidades que ofrece la realidad respecto a todas estas cifras, de forma tal de generar una negociación colectiva de otras características. Yo diría que mucho más compleja quizás, pero mucho más rica en términos de disponer de elementos para analizar la realidad.

No sólo lo global, sino la realidad sectorial. La economía del país va a crecer. Ustedes han visto la presentación en relación a los temas presupuestales que ha realizado en estos últimos días el gobierno y en este sentido la concepción es que el salario debe de acompañar la evolución del crecimiento económico analizando la realidad global y la realidad sectorial, partiendo de la base que el salario real debe ser mantenido, o sea que debe de tomarse en cuenta un criterio vinculado a la inflación y un correctivo para prever el ajuste del salario al crecimiento de los precios, y esto significa asegurar el salario real.

El crecimiento del salario debería estar vinculado al crecimiento de la actividad económica y al mismo tiempo el gobierno anunció el día de hoy la intención de promover una atención muy particular en los salarios más bajos, a través de la reducción del complemento de cuota mutual, que es un aporte que debe de hacer el empresario para completar la cápita que el trabajador debe realizar cuando tiene el salario muy bajo. Ese complemento de cuota mutual sería paulatinamente reducido para facilitar un incremento mayor de los salarios más bajos.

Esto nos parece que es un mecanismo interesante que además va acompañado de una propuesta que induce y estimula la formalización. Ya se ha utilizado esta herramienta, fue útil en la ronda de 2008 y efectivamente tuvo un impacto sobre los salarios más bajos.

A.L. — ¿Nos explica nuevamente esta última parte de la cuota mutual? ¿Cuanto más bajo el salario es más el porcentaje que a veces paga el empresario sobre la cuota mutual del empleado?

E.B. — Exacto, es así. Cuanto más bajo es el salario, el porcentaje de aportes no llega al mínimo requerido y esto es completado por el empresario, por lo tanto el aporte es más alto. La exoneración de esta carga es la renuncia fiscal que hace el Estado en beneficio del empresario. La idea es que esto vaya directamente al salario de los trabajadores con ingresos bajos.

Es una medida que conjuga dos aspectos: promueve la formalización, porque esto sólo vale cuando son trabajadores formales, y al mismo tiempo tiene un impacto real sobre los costos laborales y permite la mejora de los salarios más sumergidos.

Esta es una acción concreta en el marco de lo que han sido las definiciones generales respecto a la reducción de la pobreza y la eliminación de la indigencia. Trabajar sobre el salario mínimo nacional ha demostrado ser una herramienta adecuada en este sentido.

El acompasamiento de la evolución del salario mínimo nacional deberá de estar asociado también a los temas de empleo. Hoy es posible generar un incremento del salario mínimo nacional sin generar situaciones de desempleo dado el incremento de la actividad económica y la demanda de trabajadores en algunos sectores.

Aquí hay un problema que está vinculado a la actual tasa de desempleo y el hecho es que normalmente los salarios mínimos se pagan en las tareas de menos calificación y es allí donde hay dificultades para incorporar trabajadores desocupados. Hay que lograr que el incremento del salario real tenga un fino equilibrio para no generar desempleo en trabajadores que luego tienen grandes dificultades para reincorporarse al mercado de trabajo.

A.L. — Claro, los menos capacitados.

E.B. — Exacto. Impulsar hacia arriba los salarios más bajos.

A.L. — ¿La idea es duplicar el salario mínimo nacional en cinco años como quiere el Pit-Cnt?

E.B. — Nosotros no nos hemos establecido un objetivo en materia de cifras. La idea es tener un diferencial claro en los salarios más bajos y utilizar el salario mínimo nacional como una herramienta para promover su incremento. Este es el objetivo, luego habrá que analizar las posibilidades reales en función del otro elemento, que esto no termine atentando contra el empleo o la estabilidad del trabajo de estos sectores.

Por tanto habrá que ir evaluando paso a paso pero es nuestro objetivo trabajar con especificidad en ese nivel haciendo un esfuerzo —inclusive me incluyo — en la renuncia fiscal por parte del gobierno.

A.L. — ¿Hay un monto previsto de esa renuncia fiscal?

E.B. — No. La renuncia total podríamos adelantar que es una cifra muy importante, pero será gradual a lo largo del período.

A.L. — ¿Y no tiene un número? ¿El Ministerio de Economía hizo algún estudio?

E.B. — No planteó un número pero estamos hablando de una erogación muy importante, cercana a un punto del Impuesto del Valor Agregado (IVA) por ejemplo. Es muy importante.

A.L. — Otro de los temas que manejaron como lineamientos generales son la necesidad de incluir cláusulas de salvaguardia y cláusulas correctivas en los convenios que se firmen. Pusieron un ejemplo: una cláusula correctiva es por ejemplo acompasar lo que se esperaba de la inflación con lo que pasó en la realidad, o acompasar el crecimiento económico real con el esperado —por poner algunos ejemplos que dijeron ustedes hoy— ante grandes catástrofes como pasó en Grecia.

¿Hay obligación de llegar a poner estas cláusulas en todos los convenios que se firmen?

E.B. — Aspiramos a una negociación que genere acuerdos de largo plazo. No nos atamos a ninguna cifra, pero nos parece que es bueno que la negociación salarial dé estabilidad y permita previsión a las partes, trabajadores y empresarios. Por lo tanto, cuanto más largo sea el plazo del convenio mejor, porque permite dar tranquilidad a ambas partes; para poder llevar adelante iniciativas de los empresarios, en el caso del sector empresarial, y los trabajadores a su vez tienen un horizonte claro en materia de la evolución salarial.

Pero en un país como Uruguay que tiene una economía pequeña y muy sujeta en muchos casos a impactos de fenómenos externos, los convenios de largo plazo deben tener flexibilidades previendo situaciones como las que usted mencionaba, o situaciones como las que eventualmente podría haber atravesado Uruguay en el año 2008. De hecho por eso ponía como ejemplo a sectores que fueron golpeados por la crisis. Uruguay en términos globales sorteó la crisis económica internacional, pero algunos sectores tuvieron un impacto más fuerte que otro.

Es importante “hacia arriba”, en términos de lo que podrían ser elementos inflacionarios, tener cláusulas de ajuste que permitan que el salario real de los trabajadores no se deprima. Y en el sentido contrario, la posibilidad de impactos muy fuertes —que por suerte hoy no están planteados en el horizonte de nuestro país, pero hay que preverlos—. Cualquier impacto en materia de caída del Producto Bruto muy significativa, debería también generar un mecanismo que permita una renegociación de los convenios.

Lo que estamos diciendo es que, como se hizo en el 2008, la negociación que se desarrolló en el marco del escenario de la crisis económica internacional cuando todavía no estaba muy claro cuál era la dimensión que ésta iba a definir, se incluyeron cláusulas de salvaguardia, de crecimiento del IPC por un lado para los trabajadores: si superaba determinado monto, se reajustaba, y también del Producto Bruto Interno para los empresarios, de forma tal que si la actividad económica se derrumbaba pudieran renegociarse los aspectos salariales.

Estas son cosas básicas de garantías para las partes cuando se firman convenios con plazos largos y por tanto es muy difícil prever situaciones y mucho menos impactos de situaciones externas.

A.L. — ¿Cómo serían estas condiciones de renegociación para los convenios?

Días atrás Juan Mailhos, asesor jurídico de la Cámara de Comercio, dijo en el programa: “Los empresarios consideran que estas cláusulas de salvaguardia (a las que se arribaron en la última negociación colectiva), son muy perversas y diabólicas porque en la práctica había que convencer al Ministerio de Economía, después al Ministerio de Trabajo y después a los trabajadores, de que habían razones para descolgarse de los acuerdos”. “En los hechos” — dijo Mailhos—, “las cláusulas estaban, pero con un contenido bastardo que inhibe que cumplan las finalidades que se habían puesto y que habían sido requisitos del sector empresarial”.

¿Comparte estos conceptos a propósitos de las cláusulas de salvaguardia que se pusieron en los Consejos de Salarios anteriores?

E.B. — No, claramente no comparto. Tampoco creo que sea una opinión general de los empresarios.

Quizás sí, de la Cámara de Comercio… de algunos asesores de la Cámara de Comercio.Creemos que las cláusulas pueden mejorar, pueden tener algún grado de especificidad mayor tomando en cuenta valores concretos, pero me parece que que estuvo claro en el año 2008, y hay ejemplos concretos de sectores donde empresarios y trabajadores acordaron en algunos casos a la baja -por ejemplo, el caso de transporte de carga, que sufrió el impacto de los subsidios de la competencia que tiene tanto de Argentina como de Brasil-.

Estos sectores concurrieron juntos al Ministerio de Trabajo a plantear una renegociación, la baja del salario, que había tenido un incremento importante, al percibir que había un fenómeno de competividad que estaba atentando contra las fuentes laborales.

Creo que podemos mejorar los textos y puede dar garantías mayores, pero me parece que las medidas fueron efectivas, recogieron una voluntad de las dos partes y la verdad es que no conozco otras opiniones similares a las que usted menciona.

A.L. — El gobierno quiere que además de hablarse de las categorías en los trabajos, que dicen que están atrasadas, no quieren hablar más de la recuperación salarial, sino directamente del ajuste salarial y quiere que se converse sobre condiciones de trabajo.

“Apostamos a las relaciones laborales de calidad, a la madurez de las partes”, dijo hoy Eduardo Brenta. “Y apostamos a más aspectos que no sólo están referidos a la negociación salarial sino también a aspectos que interesan a las dos partes y que están referidos a las condiciones laborales”. Y allí puso unos ejemplos: la formación y capacitación profesional, la ampliación del subsidio por maternidad, entre una lista bastante importante.

Esta es una decisión del gobierno: hablar no sólo de las categorías y de los ajustes salariales sino también de las condiciones de trabajo.

E.B. — Primero hay que hacer una aclaración para no generar confusiones desde el punto de vista jurídico.

En realidad, aquí lo que hoy pusimos sobre la mesa son nuestras propuestas para que sean consideradas en los ámbitos correspondientes. Por el marco legal vigente, la negociación respecto a las condiciones de trabajo es de carácter bipartito, es una negociación que deben de llevar adelante empresarios y trabajadores, pero en la misma línea en que estamos proponiendo de alguna manera otorgarle una mayor complejidad a la negociación colectiva en el sentido de agregarle más elementos que permitan tomar mejores decisiones, también nos parece que hay otros temas vinculados al mundo del trabajo que deben ser negociados, discutidos y eventualmente acordados entre trabajadores y empresarios.

Es claro que para los empresarios hoy existe un problema vinculado a la disponibilidad de recursos humanos calificados y es claro para los trabajadores el interés en formarse y capacitarse para mejorar la calidad del empleo.

En este sentido hay experiencias ya vigentes a través de convenios de negociación colectiva en los cuales — por ejemplo en la industria de la construcción— se han creado fondos de capacitación donde aportan empresarios y trabajadores. En algunos casos se han incluido cláusulas en los convenios salariales que permiten o promueven, a través del otorgamiento en algunos casos de parte de la jornada laboral, de tiempo parcial o de algunos elementos de promoción, para promover que los trabajadores culminen la enseñanza curricular tanto primaria como secundaria.

En estos elementos, según nuestra opinión, han permitido flexibilizaciones en los horarios de trabajo por ejemplo, para que el trabajador pueda asistir a cursos de capacitación. Se ha acordado en otras áreas entre trabajadores y empresarios, la distribución del tiempo de formación pago parcialmente por ambas partes, renunciando el trabajador inclusive en algunos casos,del cobro de determinada parte del tiempo y la empresa poner otra parte a los efectos de promover cursos de capacitación.

Lo que decimos es que aquí hay un interés común y que el Estado tiene interés en que esos temas se discutan para poder promover e impulsar políticas de capacitación, que por otra parte desde el Estado estamos promoviendo a través del Instituto Nacional del Empleo y Formación Profesional que depende de este ministerio y que tiene un Directorio integrado también por empresarios y trabajadores.

O sea, poner en el centro del debate de la negociación colectiva temas que no son estrictamente de contenido salarial, pero que en buena medida tienen que ver con el desarrollo de los procesos productivos y la calidad del empleo. Para poner un ejemplo, incorporar a la mujer a los mercados de trabajo es un elemento de interés de la sociedad uruguaya y para ello hay que tomar medidas o acciones afirmativas logrando algunos beneficios, por ejemplo, hay acuerdos en algunos sectores hace mucho tiempo respecto a apoyos para el pago de guarderías, y en otros casos hay guarderías congestionadas, hay muchas experiencias.

No estamos diciendo nada extremadamente novedoso, pero sí pretendemos que se comprenda que muchos elementos de contenido no salarial, en muchos casos son tan o más importantes que los aspectos estrictamente salariales.

En el componente por ejemplo de trabajadores desocupados, que es de 7,5% y que está en el límite del desempleo estructural, en buena parte de los casos, son mujeres jefas de familia con baja calificación y en general con familia numerosa. La resolución del cuidado de los niños en esos casos es quizás hasta más importante que el propio salario a la hora de acceder a un puesto de trabajo.

La verdad es que para Uruguay incorporar este contingente de trabajadores, lo que implica capacitarlos y formarlos, es un aspecto que tiene que ver con las posibilidades de desarrollo productivo. Por eso, nos parece que es muy bueno que empresarios y trabajadores discutan sobre estos temas, que intercambien y eventualmente lleguen a acuerdos que permitan tomar decisiones que en definitiva van a repercutir positivamente en ambas partes y van a repercutir fundamentalmente en mejores resultados para el país.

A.L. — Le vuelvo a citar a Mailhos en la entrevista de la semana pasada en Producción Nacional, donde dijo que en su criterio “no corresponde discutir otra cosa que no sean los salarios mínimos y las categorías”. También se refirió a los temas de la seguridad y de la salud y dijo que eran temas preocupantes para los empresarios, pero “la verdad es que no creo que tengamos mucho margen como para poder avanzar en estos temas en esta ronda”.

¿Es legítimo o no hablar de condiciones de trabajo en las negociaciones de Consejos de Salarios?

E.B. — Nosotros entendemos que todo lo que se ha negociado bipartitamente es legítimo. Está dentro del marco jurídico vigente y además más allá de la negociación colectiva, Uruguay tiene ratificado el convenio internacional 155 que promueve la Organización Internacional del Trabajo (OIT), donde el Estado uruguayo se comprometió a instalar comisiones tripartitas sectoriales en materia de seguridad y salud laboral. Esto se está desarrollando hoy, están instaladas desde hace mucho tiempo, han llegado a acciones conjuntas, quizás el de la construcción es el ejemplo más notorio. Ustedes han visto hasta campañas promovidas en conjunto por empresarios y trabajadores promoviendo el uso de los elementos de seguridad y demás, en una industria donde el riesgo es muy alto en materia de accidentes de trabajo.

En este sentido creo que la experiencia indica que es posible, que es necesario y que además hay experiencia acumulada respecto a acuerdos, por ejemplo para instalar comisiones de seguridad en las empresas, para definir delegados de seguridad en las empresas. No estoy especulando respecto a esto, hay convenios firmados que incluyen estos elementos que probablemente provengan de sectores empresariales que tienen una visión distinta a la que tiene la Cámara de Comercio.

A.L. — ¿Considera que hay margen como para avanzar en estos temas? Porque lo que decía Mailhos es que esto cuesta plata. Hay cosas que pueden estar bien pero requieren de dinero para hacerlas.

E.B. — No tengo la percepción de que —sin desconocer que estas cosas son inversiones—, uno puede jugar al achique o al agrande.

En nuestra opinión hay por delante muchos desafíos para el país y para el sector empresarial en particular, uno de ellos es la disponibilidad de recursos humanos calificados. Este es un gran desafío y finalmente, estos recursos humanos calificados elegirán ante las opciones laborales no sólo por la oferta salarial sino también por las condiciones de trabajo que se ofrecen.

Creo que las personas más calificadas y que por lo tanto son las que más contribuyen al mejor desarrollo de las empresas, en general van a las empresas más inteligentes, que ofrecen mejores condiciones de trabajo.

Me parece que es una visión moderna de las relaciones laborales y por tanto a una visión con perspectiva de desarrollo y de crecimiento, incorporarle elementos que faciliten el acceso de las personas más calificadas a los puestos de trabajo.

Las empresas que piensan de esa manera van a ir adelante y los que hagan estrictamente la cuenta de lo qué va a costar esto en el día de hoy sin ver los desafíos del futuro, probablemente en el futuro paguen un precio más alto.

A.L. — En las dos últimas rondas de Consejos de Salarios hubo un alto porcentaje de acuerdos. ¿Cuál es su previsión para ésta que va a comenzar?

E.B. —No descarto que haya situaciones de conflictividad porque esto me parece que es natural y así debe de ser considerado, porque es parte de las reglas de juego de la negociación colectiva.
Las herramientas que utilizan los trabajadores son válidas y tienen marcos establecidos en la propia Constitución de la República, pero en nuestra opinión en la gran mayoría de quienes tienen la responsabilidad de conducir al sector empresarial y al sector sindical —obviamente hay excepciones—, en la gran mayoría hay mucha madurez para el encare de estas relaciones.
En ese sentido parece que más allá que lleven más o menos tiempo, nosotros auguramos resultados muy buenos en términos de acuerdos, porque me parece que cuando existen situaciones de potencial desarrollo de la economía del país como las que hay, nadie quiere detenerse mucho en situaciones conflictivas sino en aprovechar las oportunidades que ofrece el momento.
En ese sentido, me parece que quienes más rápidamente logren acuerdos, más rápidamente se apropiarán de las oportunidades que ofrece el entorno económico nacional. También allí se verá quienes encaran esto con un espíritu positivo de búsqueda del consenso.
De alguna manera lo que hemos visto en el día de hoy como comentarios respecto de la presentación, augura un escenario positivo y de probables acuerdos numerosos y a breve plazo.

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