Apicultura uruguaya jaqueda por utilización de agroquímicos

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La Sociedad Apícola del Uruguay estima que desde agosto del año pasado hasta la fecha, se perdieron entre 50 y 60.000 colmenas.

Con Ruben Riera, presidente de la Sociedad Apícola Uruguaya

El problema comenzó el año pasado en Flores, pero ha ido creciendo “como una mancha de aceite” y ya «lo tenemos en Rocha, Colonia, Soriano, Río Negro, Florida, San José y probablemente en algún otro lugar», afirmó Ruben Riera, presidente de la Sociedad Apícola Uruguaya. La pregunta que los apicultores se hacen es: ¿por qué se liberó el uso del fipronil si no se hizo un estudio previo del impacto en el medio ambiente, habida cuenta de que hay antecedentes internacionales que son catastróficos?

 

 

Entrevista emitida el miércoles 25/02/09 en Producción Nacional — 1410 AM LIBRE

 

 

La apicultura uruguaya supo vivir momentos de esplendor en los años 2003 y 2004 cuando las exportaciones habían superado las 13.300 toneladas de miel a granel y se habían facturado más de U$S 28:500.000.

 

Para el año 2005 el volumen exportado bajó notoriamente, pero peor fue la caída del precio de la miel, el que literalmente se derrumbó: se exportaron solamente U$S 11:000.000 (datos publicados en la página web del Cluster de Apicultura).

 

Ahora, por la sequía y el uso de agrotóxicos, los apicultores que están nucleados en la Sociedad Apícola denuncian que están viviendo una situación «grave» y que tienen «una gran incertidumbre» a propósito del futuro.

 

 

Alejandro Landoni — ¿Como están viendo Uds. desde la Sociedad Apícola la situación actual?

 

 

Ruben Riera — Es una situación grave. No sólo por lo circunstancial que pueda ser la sequía, sino también porque se está implantando un entorno para la colmena que va a ser muy difícil poder superar en este país.

 

Se está repitiendo lo que ocurre en Europa y en EE.UU., las abejas están siendo desplazadas por el manejo intensivo a nivel agrícola fundamentalmente y los apicultores estamos trabajando con un esfuerzo denonado. Pero lo que rodea a la apicultura es mucho más fuerte que ella misma y no se atienden razones del valor de la apicultura como agente polinizador y multiplicador de lo que produce el campo.

 

Si no se entiende eso, va a ser muy difícil para el apicultor poder cambiar esta historia en los años siguientes.

 

Paralelo a ello, alguien le podrá decir que es un tema filosófico, —nosotros no lo creemos así—; está cambiando el entorno para el ser humano.

 

¿Qué consecuencias va a traer ésto para nuestra población que durante muchos años siempre promovimos el concepto de “Uruguay Natural” y cuando salíamos del país y hablábamos siempre de lo natural de nuestro país… y sin embargo, esto hoy ya terminó

 

 

A.L. — ¿Se están usando agrotóxicos en todo el país o es en una zona donde está el problema radicado?

 

 

R.R. — Quiero hacer una aclaración, el glifosato nos trae problemas pero no estrictamente por mortandad de abejas sino porque como herbicida nos está quitando toda la fuente de néctar y polen de alternativa que nosotros tenemos en la flora silvestre.

 

Por ese lado nos está dañando, pero el gran problema es el Fipronil que es un agente agrotóxico que a diferencia de los viejos plaguicidas produce, no sólo mortandad de la abeja de campo sino que esa abeja de campo retorna a la colmena (cosa que antes no ocurría), y vuelca su cosecha en la colonia.

 

Esa cosecha está contaminada por la droga y termina matando a la abeja casera (la abeja que aún no ha salido a trabajar al campo), en definitiva… perdemos toda la colmena.

 

 

A.L. — ¿Para que se usa el Fipronil?

 

 

R.R. — A nivel de agro en los últimos años, era un uso exclusivo — hasta donde pudimos informarnos—; era bajo la forma de cebo para matar hormigas en las plantaciones de eucaliptus y otras plantaciones.

 

Comenzó a utlizarse en los cultivos, o sea los cultivos que muchas veces están en flor o tienen otro tipo de floración silvestre y la abeja va al cultivo y recoge néctar contaminado.

 

El problema comenzó el año pasado en Flores, y allí se focalizó con una pérdida de 2.700 colmenas. Pero ésto ha ido creciendo “como una mancha de aceite” y ya lo tenemos en Rocha, Colonia, Soriano, Río Negro, Florida, San José y probablemente en algún otro lugar que lamentablemente el apicultor (porque depende del dueño del campo), no hace más que comentar entre sus pares la pérdida de colmenas por agrotóxico, pero no cobra público conocimiento.

 

Llevamos contabilizadas unas 5.000 colmenas; hoy se registraron 5 casos más y sabemos que debe de ser mucho mayor.

 

Estamos hablando de muertes de colmenas, —no estamos hablando de colmenas dañadas—, de forma tal que en esta cosecha no tienen capacidad de levantar miel para el productor.

 

 

A.L. — ¿Uds. han mantenido contacto con el Ministerio de Ganadería o con alguna otra autoridad?

 

 

R.R. — Permanente. El episodio de Flores de diciembre de 2007/enero 2008, cuando tuvimos todo el reconocimiento por parte de la Dirección General de la Granja a través de su director  Ricardo Aldabe. A partir de ahí se elevó un documento a la Dirección General de Servicios Agrícolas que dio por saldada la situación (como que no había documentación suficiente como para afirmar que era el Fipronil el que estaba en juego); en realidad, fue una salida que para nosotros no fue satisfactoria.

 

Desde el momento que se supo que se aplicó en lotus, una variedad que nosotros llamamos “trébol amarillo” en flor, en plena sequía y no estando habilitado para el combate de la langosta. Se utilizó el producto y se mataron 2.700 colmenas y para la Dirección General de Servicios Agrícolas no había pasado nada… faltaba documentación.

 

Eso paso. Pero volvimos a tener otra sequía, otro empuje de plaga y ahora sí con el aval de la Dirección General de Servicios Agrícolas el 17 de diciembre de 2008, se habilita para el combate de la langosta el Fipronil de la marca comercial Clap de Bayer.

 

Lamentablemente, se usó para algo más que la langosta; se ha usado en diversidad de cultivos y ésto ha ido en aumento.

 

En estos días estaba derramando esta droga en 1.500 hectáreas de eucaliptus en la Ruta Interbalnearia km 71, donde ya había ocurrido un episodio en diciembre del año 2008.

 

Se vuelve a fumigar con esta droga y ocurren cosas que a uno lo llevan a pensar a dónde va a terminar ésto.

 

Si Ud. ve el almanaque del Banco de Seguros de hace dos o tres años, va a encontrar el Parque del Arroyo del Bagre (parque ecológico), que es visitado por los niños del Liceo y de la Escuela San Luis.

 

Yo pregunto: ¿eso es realmente un sistema natural?

 

El Arroyo del Bagre recoge todos los afluentes de la región fumigada, entonces los padres y docentes de esta región están muy preocupados por este tema de la fumigación.

 

 

A.L. — ¿Cómo califica el papel que están jugando las autoridades en este tema?

 

 

R.R. — Avanzando un poquito; el 24 de diciembre en Flores, la Dirección General de Servicios Agrícolas (el Sr. Almiratti y creo que también el Sr. Ferracini) concurren a una reunión de cuatro horas y media que no condujo a ningún cambio significativo. Avanzamos al 30 de diciembre donde nos reunimos en la Comisión Honoraria de Desarrollo Apícola y se repite la conversación más o menos en los mismos términos con Almiratti, y en realidad manifiesta que la Dirección General de Servicios Agrícolas carece de recursos humanos y técnicos como para investigar residuos en abejas.

 

La pregunta que nos hacemos es ¿por qué se liberó el uso de esa droga si no se hizo un estudio previo del impacto en el medio ambiente, habida cuenta de que hay antecedentes internacionales que son catastróficos.

 

Se libera la droga sin tener en cuenta que el apicultor es la segunda zafra que no tiene ingresos.

 

Se libera la droga y el apicultora queda totalmente desarmado.

 

 

A.L. — Ustedes más allá de la Dirección General de Servicios Agrícolas ¿han hablado con autoridades políticas del Ministerio de Ganadería para ver qué solución les pueden dar?

 

 

R.R. — Lo máximo a lo que pudimos llegar fue al diálogo directo con la Asesoría Jurídica del ministro Agazzi el miércoles pasado, donde le transmitimos que nosotros desde hace dos meses, desde la Comisión Honoraria, estamos solicitando una entrevista con el ministro Agazzsi —hasta ahora no hemos tenido éxito—, y nos llama la atención, porque somos productores agropecuarios. Llegamos a ser 4.000 y pico, hoy ya somos 2.900 y probablemente seamos muchos menos ya.

 

A esta altura nos conoce todo el cuerpo legislativo y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca; por lo menos necesitamos un acercamiento para evaluar posibilidades.

 

 

A.L. — ¿Que el ministro los reciba por ejemplo?

 

 

R.R. — Seguro, también por vías accesorias sabemos que existe gran preocupación dentro del Ministerio por este tema, y muy probablemente hoy se esté analizando una solución.

 

La solución para la Comisión Honoraria de Desarrollo Apícola es el retiro del uso foliar del Fipronil. Es una droga inviable como se desarrolla el agro en nuestro país, donde están muy fusionados la Ganadería, la Agricultura, la Apicultura.

 

También nos preocupa que estos problemas también se van a solucionar con el Proyecto de Ley de Ordenamiento Territorial.

 

Eso fue dicho por Almiratti y nos preocupa porque si el Ordenamiento Territorial llega a cambiar de su sitio, de su hábitat al apicultor, puede llegar a ser también muy complejo.

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