Cámara de Industrias promueve actitud emprendedora en los jóvenes

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La Cámara de Industrias lanzará una campaña para televisión reseñando cuáles son los principales servicios que pone a disposición de quienes quieran iniciarse en la actividad empresarial. Economista Roberto Villamil, Gerente General de la Cámara de Industrias.

La Cámara de Industrias también lanzará un libro a distribuir en el 2009 entre todos los escolares de 5º año, para difundir entre los más jóvenes cuál es la importancia que tiene la empresa en el contexto social donde viven. La idea es promover la actitud emprendedora en el Uruguay y fomentar, sobre todo entre los más jóvenes, el interés por la actividad empresarial.

 

Entrevista emitida el viernes 21/11/08 en Producción Nacional — 1410 AM LIBRE

 

Se desarrollo la Semana Emprendedora Internacional con la participación de más de 50 países, entre ellos Uruguay.

Unas 40 instituciones uruguayas están realizando a partir de este evento distintas actividades para fomentar, sobre todo, el emprendedurismo en nuestro país.

 

Alejandro Landoni —Hace unos días se realizó un muy interesante seminario que contó con la participación, entre otros, del Gerente General de la Cámara de Industrias, Roberto Villamil. En este espacio se analizó la actual crisis financiera, el acceso al crédito, la forma de lograr hacer atractiva nuestra empresa para motivar la llegada de inversores y la posibilidad de expansión.

 

Antes estos planteos la primera interrogante que surge es: ¿Qué hace la Cámara de Industrias para fomentar el emprendedurismo entre sus socios?

 

 

Roberto Villamil —Esta semana nosotros aceptamos participar muy gustosos de este esfuerzo de promover la actitud emprendedora en el Uruguay y fomentar, sobre todo entre los más jóvenes, el interés por la actividad empresarial.

 

Esta semana básicamente para esto desarrollamos tres actividades. La más importantes y que esperamos que tenga mayor impacto, es un pequeño video que diseñamos para distribuir entre prácticamente todos los canales de televisión abierta y de cable del Uruguay, reseñando cuáles son los principales servicios que la Cámara de Industrias pone a disposición de aquellos que quieran iniciarse en la actividad empresarial con el testimonio de tres empresarios jóvenes.

 

Son empresas que han recurrido a la Cámara en búsqueda de algún tipo de servicio o asesoramiento en temas tecnológicos, de comercio exterior, de capacitación de sus recursos humanos. En el video estos jóvenes cuentan su experiencia y resaltan lo que consideran esencial para que a un emprendimiento le vaya bien.

 

La segunda actividad, que estuvo planteada en este seminario al cual Ud. hacía mención, fue cómo despertar el interés de un potencial inversor para nuestra empresa.

 

La tercera es un proyecto que nos llevó varios años concretarlo y se trata del lanzamiento de un libro que se va a distribuir en el 2009 entre todos los escolares de 5º año. En el participó la maestra Edith Morales en representación de la ANEP y básicamente pretende difundir entre los más jóvenes, cuál es la importancia que tiene la empresa en el contexto donde ellos mismos viven.

 

Es decir, cuál es la incidencia de una empresa en su entorno social, qué es lo que genera. Es un proyecto lindo que gracias a la gente de ANEP lo hemos podido concretar.

 

La idea es nuestra, pero es bueno decir que fueron profesionales de la ANEP y de la Educación Pública quienes redactaron el libro y el manual del docente. Esperamos continuar con esta actividad con el paso de los años y lograr un impacto en los jóvenes para motivarlos a convertirse en empresarios como medio de vida.

 

A.L. —Eso es bien interesante, porque no hay un conocimiento o identificación de lo que es ser empresario. La gente en general relaciona al empresario –por lo menos así resultó hace unos años en una encuesta realizada al respecto- con la figura de Paco Casal. Pero cuando les explica, sobre todo a los más jóvenes, qué es ser empresario entonces concluyen: “¡Ah, entonces mi papá también es empresario!”

 

R.V. —Exactamente eso es así. Creo que básicamente obedece a que no hay una justa valoración a nivel de la sociedad. Es un fenómeno muy común sobre todo en Latinoamérica.

 

Un empresario es un individuo que contribuye al desarrollo como el mejor. Los más chicos (niños o adolescentes) tienen la dificultad de identificar que, por ejemplo, el panadero de a la vuelta de la casa o el tío que tiene una herrería también son empresarios.

 

En definitiva ellos hacen lo mismo que hace una multinacional: genera un producto, genera puestos de trabajo, produce un ingreso para él y para todos los que trabajan en la empresa.

Ese es el rol del empresario: generar riqueza y generar oportunidades para otro.

 

A.L. —En este video que hicieron para la Semana Emprendedora se incluyeron testimonios de algunas personas que habían recibido apoyo tecnológico para impulsar su emprendimiento; apoyo para acceder a mejores mercados; comercio exterior y capacitación.

 

¿Este es un buen resumen de las actividades que realiza la Cámara de Industrias? Uno piensa en la Cámara de Industrias y piensa en empresas grandes. ¿Solo son empresas grandes o hay empresas chicas dentro de la Cámara?

 

R.V. —Aproximadamente el 90% de los socios de la Cámara son pequeñas y medianas empresas. O sea, que no estamos tan lejos de ser representativos de la realidad nacional.

 

Sucede que las organizaciones empresariales normalmente en el pasado se las asociaba con un grupo de empresas grandes, pero la inmensa mayoría de nuestros socios son empresas pequeñas y medianas. Ellos son los principales usuarios de nuestro servicio.

 

Son empresas a las cuales nosotros apoyamos para que puedan crecer, para que puedan desarrollarse. Les facilitamos la forma de incorporar innovaciones tecnológicas, los ayudamos a solicitar financiamiento, contribuimos con ellos para tratar de detectar oportunidades en el mercado internacional y convertirse en importadores.

 

En definitiva lo que tratamos de hacer no es que las empresas chicas crezcan, sino que sean competitivas. Después, una empresa que es competitiva va a encontrar su senda de desarrollo y lo más probable es que termine creciendo.

 

Queremos ayudar a que hagan las cosas cada vez mejor. Lo que tratamos de lograr es: disminuir la probabilidad de que a la empresa la vaya mal, aumentando al máximo la probabilidad de que le vaya bien; para eso están nuestros servicios.

 

A.L. —¿Se concentran en departamentos concretos de la Cámara de Industrias? ¿Cómo es el mecanismo?

 

R.V. —Tenemos un Area de Asistencia Técnica integrada por un Departamento de Desarrollo Empresarial, que ofrece actividades de capacitación, de consultoría en temas específicos.

 

Por ejemplo: cuando una empresa siente la necesidad de mudarse a un espacio más grande, lo ayudamos a diseñar la planta; la ubicación de las máquinas o cómo hacer el proceso más eficiente. También brindamos asistencia técnica en temas más generales como Marketing, Ventas, Gestión de Recursos Humanos y Comercio Exterior.

 

En esta última área (Comercio Exterior), desarrollamos algunos productos muy interesantes teniendo en cuanta la realidad que la enorme mayoría de las empresas uruguayas son pequeñas.

 

Por eso creemos que una buena forma de poder internacionalizarse es trabajando en conjunto con otros colegas. Hemos formado algunos grupos que funcionan muy bien y que tienen una tasa de éxito bastante alta.

 

Después de un año de trabajo, —que es el proceso mínimo que nosotros hacemos con estos grupos—, prácticamente el 50% de las empresas que participan, terminan concretando exportaciones y, lo más interesante, es que la mayoría de ellas adquieren continuidad.

Estamos muy contentos con eso.

 

A.L. — Con el programa “Producción Nacional” en TV Ciudad, entrevistamos a varios empresarios que estaban en distintas fases de ese proceso y es realmente lindo de ver el entusiasmo de la gente que “se juega la ropa” y ponen todo lo que tienen para que su empresa crezca y acceder a esos mercados que necesita.

 

R.V. —El empresario percibe un sueldo y es una persona muy determinada a alcanzar el resultado que se propone. Eso implica la valentía de asumir un alto riesgo porque se juega su tiempo; las necesidades de su familia; invierte su patrimonio; se endeuda; trabaja muchas más horas que la mayoría de sus propios empleados, etc.

 

Es un individuo que creo que se merece más consideración y más respeto a nivel general, porque está contribuyendo a que en el país haya oportunidades para todos, en especial para aquellos que no tienen la vocación para dedicarse a la actividad empresarial o no tienen las condiciones.

Para los que prefieren dedicarse a alguna actividad profesional o aprender un oficio.

 

A.L. —Les decía anteriormente que hace pocos días la Cámara de Industrias junto con la empresa consultora KPMG organizaron un seminario —con empresarios del exterior y también emprendedores uruguayos—. El tema analizado fue, en este momento de crisis económica: ¿Cómo hacemos para conseguir un inversor que le permita expandirse?

¿Cómo se prepara la empresa, sobre todo la mediana o pequeña empresa?

 

R.V. —Organizamos esta actividad para aprovechar el conocimiento acumulado y la experiencia que tiene KPMG en este asunto, con un enfoque orientado hacia las empresas más chicas.

En Uruguay la gran mayoría de las empresas pequeñas y medianas tienen una estructura muy ligada a lo familiar.

 

Muchas veces vemos que después de la segunda generación hay dificultades para garantizar la continuidad del emprendimiento.

 

Una de las alternativas que se nos ocurre como válida a los efectos de que ese emprendimiento no termine, es ayudar a los propietarios a conseguir eventualmente un socio que pueda poner capital o hacer un aporte vinculado al área de la producción, tecnología o comercialización.

 

Cuando se habla de adquisiciones o de fusiones, normalmente se piensa exclusivamente en empresas grandes. Pero en este momento que se avecina un tiempo turbulento para los negocios  hay que estar preparado para mantenerse “a flote”.

Una de las alternativas es capitalizar la empresa y conseguir financiamiento apelando a un socio.

 

A.L. —De por sí una empresa familiar de segunda o tercera generación es problemática, porque hay un fundador (1º generación), que tuvo dos hijos (2da. generación), que se hicieron cargo del negocio y cada uno de ellos tuvo sus propios hijos (3ª generación).

Aquí empiezan los problemas entre familiares y, aunque todos se lleven bien, la empresa que daba para una o dos personas ya no da para cuatro; ¡y encima le quieren poner un socio!

 

R.V. —Es cierto lo que usted dice acerca de que es difícil armonizar la visión y las opiniones de ocho o diez nietos del fundador, que en forma directa o indirecta tienen algo que ver con el patrimonio de la empresa.

 

Pero otra situación que se da -bastante frecuente en los últimos 15 o 20 años- es que la 3ª generación pierde interés por el negocio familiar y optan por otra actividad independiente que no tiene ninguna relación con ese rubro. Todos terminan estudiando alguna profesión y prefieren ejercerla a seguir con la empresa familiar.

 

A nosotros nos preocupa que se pierda toda esa experiencia y todo ese patrimonio acumulado.

Una empresa que vivió 40 o 50 años, no lo hizo porque estuviera mal gestionada o porque estuviera en el rubro equivocado.

 

Ahí es donde a nosotros nos interesa mantener viva esa estructura que en definitiva, aunque no sea de interés de los sucesores naturales de los fundadores de la empresa, sí es del interés de los trabajadores de esa empresa y del propio fundador.

 

Intentamos mostrar que se pueden alcanzar soluciones que ayudan a mantener en funcionamiento una fuente de ingresos para mucha gente y también ver la posibilidad que se pueda incrementar el tamaño del negocio. Estas condiciones pueden darse en la medida que se consiga alguien que pueda aportar capital, un conocimiento particular o la posibilidad de acceder a un mercado.

 

Eso es esencial para una empresa chica: no pensar que lo único que le queda es vender o cerrar.

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