«El deporte profesional debe autosustentarse»

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El Ministerio de Deporte es uno de los principales impulsores del programa «Un Gol al Futuro». Conversamos sobre esto con el director nacional de Deportes, Fernando Cáceres.

Respecto al fútbol infantil, Cáceres informó que hay cerca de 62.000 niños de entre 6 y 13 años que juegan al Baby fútbol, lo que significa prácticamente un tercio de todos los niños uruguayos de esa edad. Consideró que el deporte profesional debe autosustentarse, y que las empresas que elijan ser profesionales deben correr riesgos y asegurar su permanencia, y que si no pueden lograrlo, deben ser emprendimientos ameteurs.

Además consideró “posible” que se lave dinero en el fútbol, aunque reconoció que el Ministerio no cuenta con información precisa o dudas fundadas como para realizar denuncias.

En otro orden, Cáceres explicó que si bien el tema viene demorado por “el momento de las relaciones diplomáticas” que estamos pasando con Argentina, Uruguay buscará ser sede del mundial de fútbol 2030.

 

Alejandro Landoni — Fernando Cáceres es profesor de Literatura. ¿Sigue dando clases?

Fernando Cáceres — Desgraciadamente no. La docencia es una vocación de esas que se abrazan de una vez y para siempre. No descarto la idea de volver, pero las obligaciones de gobierno son muy intensas, sobre todo para los que no podemos ordenarnos de manera profesional y manejar y administrar nuestros tiempos con rigor. Entonces, la verdad se me hace imposible.

Tengo hijos chicos, y eso complica. Pero sueño con volver. Amo la docencia.

A.L. — ¿Cuántos jóvenes juegan al fútbol en clubes profesionales? ¿Hay algún número determinado?

F.C. — No, habría que hacer el cálculo total, pero veamos si podemos aproximarnos.

En los 33 clubes que integran Primera y Segunda División Profesional, tenemos aproximadamente unos 1.500 jóvenes entre las Divisionales Sexta y Séptima.

Calculemos que hay que pensar en Quinta, Cuarta, Tercera y Primera, o sea que por lo menos estamos hablando en el fútbol profesional de unos 5.000 deportistas (si no hago mal los números).

A.L. — Es un número bien importante de futbolistas que viven ¿en qué condiciones? ¿Hay alguna especie de relevamiento general sobre ellos? Cuando, por ejemplo, sacaron estos datos de la falta de medicamentos; de la alimentación, ¿encontraron un perfil socio-económico o cultural de los chiquilines que están jugando al fútbol?

F.C. — Le agradezco la pregunta. Lo primero que habría que decir es que este país que suele decirse que está híper diagnosticado en el ámbito del deporte (y particularmente en el fútbol); no hay diagnósticos; no hay información consistente; no tenemos relevamientos de datos básicos para tomar decisiones en un fútbol que se compone de distintas expresiones.

Hay que hablar de un fútbol que va hasta los 13 años con lo que se denomina históricamente el Baby Fútbol, y que hoy está nucleado a través de la Organización Nacional de Fútbol Infantil. Allí tenemos 62.000 niños fichados, pero son muchos más en esta edad los que juegan.

Esos 62.000 niños fichados en ONFI, que juegan en unas 60 Ligas y en más de 500 clubes de todo el país, se acercan a un tercio del total de niños entre los 6 y los 13 años del país.

A.L. — Impresionante.

F.C. — Sí, casi un tercio (un 30% aproximadamente) de los niños entre 6 y 13 años juegan al fútbol a través de ONFI.

A.L. — ¿Cuándo hablamos de niños, hablamos de sólo varones?

F.C. — De varones. También el fútbol femenino viene creciendo; viene incrementando su convocatoria. Estamos en el entorno de unas 3.500 o 4.000 niñas, que es mucho para lo que había dos o tres años atrás.

Le decía que el fútbol tiene distintas expresiones en nuestro país: tenemos el fútbol infantil; tenemos todo lo que es la Organización de Fútbol del Interior (OFI): los datos que recogíamos el día de ayer señalan que hay 30.000 jóvenes, menores de 18 años, que están nucleados en OFI. OFI desde el punto de vista cuantitativo es la organización más importante y más grande que tiene nuestro país.

Está la Liga Universitaria; hay Ligas Amateur que nacen y se desarrollan y de las cuales no hay un relevamiento exhaustivo, y luego tenemos el Fútbol Profesional. Sin hablar del Fútbol Femenino que es toda un capítulo, del Fútbol Playa o del Fútbol Sala. Es decir, el fútbol tiene distintas expresiones.

Volviendo al Fútbol Infantil, el hecho de que casi un tercio de los niños de 6 a 13 años realicen actividades deportivas a través del Fútbol habla de que este país tiene en el fútbol una seña de identidad, una matriz cultural muy fuerte; y si bien no hay una decisión tomada, ni una asamblea, ni hay una expresión popular que lo haya determinado, es evidente que el país ha optado por el fútbol como su deporte principal. Eso es evidente.

Cuando a veces nos dicen: “¿No conviene que nuestro país para obtener éxitos deportivos elija como hace Jamaica con el atletismo; elija un deporte y se dedique?”… Bueno, Uruguay lo ha elegido hace décadas por la vía de los hechos, su gente ha tomado una decisión. Eso puede estar bien o puede estar mal.

Yo defiendo mucho la diversidad en la práctica deportiva a toda edad, pero es un hecho constatable, tangible. Es una realidad objetiva.

A.L. — Con estos números y esta realidad, ¿cómo se ha planteado el gobierno el acercamiento al Fútbol Juvenil?

Eduardo Arzuaga, ex presidente de Defensor y presidente Honorario del programa “Un gol al futuro”, dijo en Producción Nacional que en este país, “al Estado le parecería que apoyar al fútbol es mala palabra.” Agregaba que “quizás los dirigentes se lo tienen merecido” porque algunos habían hecho mal las cosas, y terminaba diciendo que “salvo la Intendencia de Montevideo que cede los Espacios Libres que permiten a muchos clubes tener las instalaciones deportivas; el Estado en sí mismo nunca había llegado” hasta el fútbol.

Usted que estuvo en la Intendencia antes y que ahora está como Director Nacional de Deportes, ¿cómo se plantearon Usted, el Ministerio y el Gobierno en general, este acercamiento? Le limito la pregunta a esta realidad del Fútbol Juvenil.

F.C. — Lo primero, un matiz con don Eduardo Arzuaga, que es toda una institución y una referencia del fútbol nacional y a quien respetamos enormemente.

Un matiz: creo que el Estado, en el marco de esta falta de información consistente y de diagnóstico, tampoco ha hecho un registro de las intervenciones a favor del fútbol que ha realizando en su historia. Por lo tanto, es muy difícil de cuantificar el aporte del Estado, pero lo ha hecho a través de tres corredores.

Un primer corredor es la cesión de predios, en general a través de las Intendencias. La mayoría de los clubes de Primera División ocupan predios municipales, los que están en Montevideo y en el interior. Habría que cuantificar el valor de esos bienes.

A su vez las Instituciones Deportivas están exoneradas de impuestos. Lo están a nivel nacional a través del artículo 69 de la Constitución y lo están a nivel municipal por una serie de normativas. Es decir que el Estado deja de percibir una cantidad de dinero.

Y hay una tercera línea, que es la línea de Obras y Servicios que distintos organismos del Estado brindan a los clubes. Acá tenemos a las Intendencias de todo el país interviniendo permanentemente. Desde contribución para los traslados con flota municipal o con el pago de fletes o de transporte, hasta el caso del Ministerio de Transporte y Obras Públicas que a través de su línea de Obras por Convenio, es el gran inversor en infraestructura deportiva de este país.

Difícilmente encontremos un club deportivo, de la disciplina que quieras, que al erigirse no haya intentado y concretado acuerdos vía convenios con el Ministerio de Transporte. También hay convenios y acuerdos con otros Ministerios, pero el de Transporte es emblemático.

O sea, que el Estado uruguayo sí ha aportado históricamente al fútbol, aunque seguramente no lo suficiente.

La segunda afirmación que me gustaría hacer, es que hay que distinguir el deporte profesional del deporte amateur. Hoy por hoy, razonablemente hay otras expresiones del deporte nacional que pueden ser consideradas profesionales, pero quienes se “autoasumen” como profesionales son el fútbol y el básquetbol.

A nuestro juicio, el deporte profesional debe autosustentarse. El deporte profesional debe tener una economía de….

A.L. — Esa es toda una definición…

F.C. — Sí, pero es una opción que toman las Instituciones Deportivas. Se puede optar por ser amateur: se cumple con la misma o mejor función social que la que cumple el club profesional, y se pueden alcanzar éxitos deportivos relativos a la categoría que uno elige, pero se puede ser amateur.

Si uno quiere ser profesional, debe asumir riesgos y debe diseñar estrategias y planes de desarrollo a largo plazo. Debe tener una institución fuerte y debe cualificar sus recursos humanos.

A.L. — Alguien podría decirle que en el Uruguay los clubes son instituciones sin fines de lucro, que como usted decía días atrás en el Portal 180, también realizan transacciones millonarias, y que se da ahí a nivel legal como una cosa “bastante rara”.

F.C. — Sí.

A.L. — ¿Existe un marco legal a nivel institucional que avale el manejo profesional de los recursos por estas instituciones sin fines de lucro?

F.C. — Bueno, esa pregunta es neurálgica porque nuestro país y nuestro deporte se debe un debate en distintas áreas y entre otras, ésta que usted señala.

En nuestro país, hay una larga tradición “clubística”. El fenómeno deportivo se desarrolló — estoy sintetizando a riesgo de simplificar algo que es más complejo—; digamos que hay un desarrollo deportivo a través de las Plazas de Deportes por impulso esencialmente del Estado, y hay un desarrollo deportivo muy fuerte a través del clubismo, esencialmente desde la sociedad civil, desde el ámbito privado, bajo la figura de Asociación Civil sin Fines de Lucro.

Sin embargo, a partir del año 2000 – 2001, se introduce una figura que hoy está vigente en la mayoría de los países occidentales, que es la figura de la Sociedad Anónima Deportiva.

Por ejemplo, en Chile el gobierno determinó que toda institución deportiva profesional debe obligatoriamente constituirse en Sociedad Anónima Deportiva, que no es exactamente una empresa comercial, pero que es una figura que permite a la institución deportiva realizar ese flujo comercial que todos vemos que forma parte de la realidad del profesionalismo.

Otras situaciones como la de España, permiten una elección, permiten convivir con las dos figuras, y entonces clubes, que son la excepción, como el Barcelona, Real Madrid o el Osasuna siguen siendo Asociaciones Civiles sin Fines de Lucro, no obstante de tener un volumen comercial impresionante y, el resto de las instituciones en general son Sociedades Anónimas Deportivas.

En nuestro país existe la figura de Sociedad Anónima Deportiva, y nuestras instituciones no la han utilizado. En el Registro de la Dirección Nacional de Deporte, tenemos solamente cinco Sociedades Anónimas.

A.L. — ¿Las recuerda?

F.C. — No, porque además no coincide el nombre de la institución con el nombre de la sociedad anónima.

Nacional creó en su momento una Sociedad Anónima Deportiva para las obras del Gran Parque Central y el nombre de esa sociedad anónima no era Club Nacional de Fútbol.

De todas maneras son cinco, ninguna de Primera ni de Segunda División. Son emprendimientos de gente que quiso ensayar esta figura. Pablo Martínez Kinder dirigente de Nacional que estuvo en el emprendimiento del Gran Parque Central, se ha especializado en esto y ha abierto algunas de estas sociedades anónimas deportivas, sin embargo no ha sido una opción bienvenida por el deporte nacional.

Es una herramienta que habría que rediscutirla y reformularla porque creo que es interesante.

De todas maneras, tanto una asociación civil como una Sociedad Anónima Deportiva, dependen para su éxito de una buena gestión. Si uno tiene una buena gestión, el formato jurídico no parece ser lo esencial.

Es un debate que hay que abrirlo y de hecho lo estamos haciendo. Ayer a la noche teníamos una reunión con la Federación Uruguaya de Básquetbol y nos reclamaban que el Estado asistiera al básquetbol de una manera más incisiva a partir del proyecto “Un Gol al Futuro” y nosotros les decíamos esto; les decíamos que el básquetbol se autodefine como profesional y que por lo tanto debe asumir esos riesgos, y sobre todo debe asumirse una realidad, porque también el contraste de instituciones es muy grande en el fútbol y en el básquetbol. Hay economías de las instituciones de básquetbol que están por encima de la media del fútbol. Aquí hay equipos de básquetbol que han gastado fortunas, o sea que acceso a dinero aparentemente hay.

A.L. — A veces uno se pregunta ¿de dónde sale ese dinero? En un país tan chico como este donde ahora se televisa el básquetbol pero en la interna, no es una imagen que se exporte… ¿de dónde sale todo ese dinero para financiar esos equipos?

F.C. — Bueno, es una pregunta lógica y dramáticamente necesaria. Por ese motivo estamos realizando una serie de emprendimientos jurídicos para tratar de transparentar el trabajo en los números y la Administración de las Instituciones Deportivas.

Hay en este momento en el Parlamento un Proyecto de Ley que reglamenta toda la actividad vinculada a las transferencias de los deportistas profesionales al exterior, que a la vez tiene otras consecuencias porque crea registros, ordena las actividades.

Hay otra iniciativa que estamos trabajando y está a punto de presentarse con el Banco de Previsión Social (BPS), con el Ministerio de Trabajo y el Ministerio de Economía, además del Ministerio de Turismo y Deporte, que es una iniciativa que va a regularizar y a incorporar al sistema de contribuyentes del Banco de Previsión Social a todos los jugadores profesionales de básquetbol y de fútbol, a los cuerpos técnicos y a los árbitros, porque el desorden es tan grande en el deporte nacional que no hay un sólo árbitro en este país que esté en planilla, todos trabajan en negro. Me animaría a decir que la enorme mayoría de los cuerpos técnicos de cualquier disciplina deportiva también.

Por ese motivo hemos tomado la decisión de empezar por el deporte profesional para “ordenar la casa”; dando muchas facilidades, pero ingresar al sistema porque además es un derecho de los deportistas y de los técnicos.

A.L. — Es brutal ese dato que da.

F.C. — Hay números que llamarían mucho más la atención. El Presidente del BPS maneja cifras increíbles para hablar específicamente de este tema.

Pero digo que tanto la Ley de Transferencias como de esta Ley que vamos a presentar ahora, ayudan a “ordenar la casa”, a ordenar la vida de las instituciones y en la medida en que entran al sistema también están sujetas a mejores y mayores controles.

A.L. — ¿Se lava plata en el fútbol y en el básquetbol uruguayo?

F.C. — Es el rumor. Es imposible no considerar esta alternativa cuando se ha manejado públicamente a través de distintos programas de periodismo deportivo.

Nosotros no tenemos información consiste, ni denuncias concretas, ni pruebas pero todo parecería indicar que es posible que esto ocurra, en virtud de cómo circula la información.

En la medida en que no hay pruebas, no hay denuncias concretas, nosotros no tenemos dudas fundadas que nos permitan intervenir, lo que estamos haciendo mediante estas iniciativas es tratar de prevenir, de cercar, de intentar impedir que estas cosas ocurran.

A.L. — A este ciclo que iniciamos hoy, le pusimos “Mi hijo el futbolista”, por todas esas expectativas que hay en las familias, en el entorno, en los contratistas y también en los clubes, para pegar ese pase que es tan esquivo para el fútbol internacional.

Hay un par de datos que son bien elocuentes: el 95% de los jóvenes que inician su carrera en los clubes de la AUF nunca llegan a Primera División y decía el Dr. Pedro Larroque en el lanzamiento del Programa “Un Gol al Futuro”, que solamente el 0,5%, es decir, uno de cada 200 de los que se inicia para jugar al fútbol, emboca el tal pase que los hace millonarios y les cambia a ellos y a sus familias la condición de vida, por lo menos en lo material.

¿Cuál fue el acercamiento del gobierno al fútbol?

F.C. — El primer acercamiento al fenómeno que queremos atender fue un Proyecto de Ley que presentó el Presidente, que fue votado por unanimidad en el Parlamento y que se está cumpliendo desde 2009, que declara obligatoria la Educación Física en la Escuela y que permite que haya Educación Física para todos los niños y niñas del territorio nacional en las Escuelas Públicas Urbanas.

Luego, se presentó un Proyecto que se llamó “La Escuela en Movimiento”, que lo que hace es canalizar inversión privada exonerando parcialmente de impuestos a los Servicios de Equipamientos de los Espacios Recreativos y Deportivos de las Escuelas; y como tercer paso, tuvo esta iniciativa de crear el programa “Un gol al futuro” donde la preocupación presidencial fue hacia fenómeno mirado desde el otro ángulo: desde el deportista joven que practica deporte y que habitualmente se ve empujado, obligado por las circunstancias a abandonar los estudios.

Entonces, nos lleva a mirar el fenómeno desde el otro ángulo; tenemos Instituciones Deportivas que sobre todo en el fútbol a menudo alientan la deserción educativa para la dedicación completa al deporte; tenemos un sistema educativo que no tiene la flexibilidad necesaria para absorber situaciones de este tipo de exigencia, de tiempo y de viajes frecuentes.

A.L. — Nos decía Juan Autchain, coordinador de las Divisiones Juveniles de Defensor, que va a estar en Producción Nacional hablando sobre este tema, que cuando los futbolistas son elegidos para la Selección Nacional, para hablar de un grupo reducido, pero que va a representar al país en un Mundial; cuando se van de viaje se habla en los liceos para que no les pongan las faltas, pero cuando el chiquilín vuelve tiene todas las materias bajas porque no asistió y no hizo los escritos ni tiene orales, entonces se los castiga y no se les da la chance de por ejemplo, dar esos escritos fuera de plazo o de buscarle la vuelta para que el chiquilín se enganche y no se le haga cuesta arriba seguir yendo al liceo.

F.C. — Efectivamente, eso es así, por eso las autoridades educativas están directamente involucradas en este proyecto, para buscar respuestas a situaciones que requieren respuestas específicas, propias de la actividad que se desarrolla.

Puedo darle un ejemplo que viví personalmente. Hace unos años me invitó el cuerpo técnico de la Selección Nacional a hablar con un Plantel Sub 17 que había obtenido el máximo de presencia, de haberse mantenido en el sistema educativo. La enorme mayoría de los jugadores que habían sido convocados a la Selección, concurría al Liceo. Seis meses después, solamente cinco de todo el plantel permanecían, porque no había esa capacidad del sistema educativo de absorber esas situaciones y también porque, esto es bueno decirlo, las Instituciones Deportivas alientan la deserción en muchos casos. Ahora tenemos un compromiso que es voluntario: el club asume ser garante de que el joven mantenga sus estudios dentro del sistema educativo formal mientras realiza la actividad deportiva. Y contra eso, el Estado le brinda una serie de servicios.

Entonces, como dije hoy, el deporte profesional debe de ser autosustentable, nosotros no nos metemos con la Primera División; pero, en las formativas vamos a brindar servicios y a otorgar ciertos beneficios a aquellas instituciones que mantengan dentro del sistema educativo a sus jugadores.

A.L. — Los tres pilares básicos de este programa son: la salud, la educación y el tema de algunos insumos que están brindando. La parte deportiva, la salud y la educación, y “la moneda de cambio”, son algunos insumos, incluso alimentación que les están dando a los chiquilines.

F.C. — El viernes en el Museo del Fútbol vamos a cerrar la primera etapa del proyecto, haciendo entrega de los primeros aportes que hace el proyecto a los clubes. Ahí vamos a estar dando artículos deportivos: conos, cintas, chalecos, etc. Vamos a estar entregando la telefonía celular para todas las instituciones, de manera de tener vinculados a todos los coordinadores de las diferentes instituciones con el equipo central. Vamos a estar entregando los voucher de combustible para el traslado al Interior o del Interior a la capital de todas las formativas que por su competencia deban efectuar estos traslados. Vamos a estar informando del convenio que celebramos con la Sociedad Uruguaya de Psicología del Deporte y con la Facultad de Medicina, de manera de completar — donde no lo hay —, los equipos médicos y la asistencia psicológica.

A partir de setiembre se empieza a brindar un servicio de merienda que está especialmente diseñada por el Instituto Nacional de Alimentación — acá hay que ser un poco duro, pero aceptando la realidad —; hay algunos jóvenes que en la merienda que le vamos a entregar, van a tener la última comida del día. O sea, que es muy importante ese aporte.

A.L. — Ayer hablando con Eduardo Arzuaga para preparar esta nota, nos decía que habían pensado en darles un almuerzo, pero muchísimos clubes no tienen un comedor en el cual los chiquilines se puedan sentar a comer y por tanto, se optó por el refrigerio.

F.C. — Efectivamente, porque en esto también queremos, a la vez que se brinda un servicio, obligar al cumplimiento de ciertas condiciones.
Ancap va a poner vales de combustibles, pero el requisito es que el transporte que se use tenga el seguro adecuado; tenga un chofer profesional con su libreta al día; cuente con los análisis de inspección vehicular acordes. No se trata sólo de dar, sino de controlar el uso y las condiciones en las cuales se va a usar.

Lo mismo con la alimentación. INDA es muy riguroso en el cumplimiento de algunas condiciones básicas de higiene, de equipamiento, de infraestructura y esto impide que los almuerzos se puedan desarrollar. Voy a poner un ejemplo brutal. Algunas de las instituciones relevadas cuando les pedimos que identificaran el lugar dónde se iban a entregar las meriendas, dijeron “El cantero central de la Ruta 1”, para que tengan una idea de que hay instituciones que entrenan en espacios públicos y no tienen lugares, y este es el fútbol que se reconoce o se quiere reconocer como profesional.

A.L. — Y después todos se enojan si no vamos al Mundial. A veces se ven a los chiquilines correr en los canteros centrales de algunas rutas de los accesos a Montevideo, pero creemos que después van a otro lado a cambiarse o a seguir con otra parte de su entrenamiento.

No puedo despedirlo sin preguntarle si Uruguay va a tener Mundial 2030 o no junto con Argentina.

F.C. — Ojalá, estamos trabajando para eso.

A.L. — ¿Van a hacer una comisión?

F.C. — Sí, estamos trabajando para eso. Se postergó la concreción de una comisión binacional porque las relaciones diplomáticas a veces dificultan un poco la concreción de estas cosas, por el momento que estamos pasando de relación con nuestros hermanos argentinos a nivel gubernamental. Se ha ido postergando un poco, pero no hay duda de que es una voluntad que la debe de tener la mayoría de los uruguayos.
El sueño de volver a tener un Mundial, que es la oportunidad en el 2030 seguramente.

A.L. — ¿Se puede pagar la infraestructura que requiere un Mundial? ¿En cuántas sedes están pensando?

F.C. — Se supone que tendríamos que hacer un reparto equitativo. Uruguay fue la sede del primer Mundial y por lo tanto el Estadio Centenario tiene que jugar un papel fundamental en esta celebración centenaria de los Mundiales, por lo tanto nadie está pensando en una presencia lateral de Uruguay, sino al mismo nivel seguramente que Argentina.

Esto requiere niveles de inversión muy importantes que el país tiene que programar y se planifica con tiempo, — por eso la ansiedad de empezar ahora —. Creemos que podemos llegar, pero además de eso los eventos deportivos de esta magnitud son también una oportunidad para las economías de los países que pueden obtener retornos importantes. Cuando uno pasa raya, una vez finalizados los eventos, el ingreso que se genera por el turismo, por oportunidades comerciales, por negocios inmobiliarios es muy importante.

y por tanto, se optó por el refrigerio.

 

F.C. — Efectivamente, porque en esto también queremos, a la vez que se brinda un servicio, obligar al cumplimiento de ciertas condiciones.

Ancap va a poner vales de combustibles, pero el requisito es que el transporte que se use tenga el seguro adecuado; tenga un chofer profesional con su libreta al día; cuente con los análisis de inspección vehicular acordes. No se trata sólo de dar, sino de controlar el uso y las condiciones en las cuales se va a usar.

Lo mismo con la alimentación. INDA es muy riguroso en el cumplimiento de algunas condiciones básicas de higiene, de equipamiento, de infraestructura y esto impide que los almuerzos se puedan desarrollar. Voy a poner un ejemplo brutal. Algunas de las instituciones relevadas cuando les pedimos que identificaran el lugar dónde se iban a entregar las meriendas, dijeron “El cantero central de la Ruta 1”, para que tengan una idea de que hay instituciones que entrenan en espacios públicos y no tienen lugares, y este es el fútbol que se reconoce o se quiere reconocer como profesional.

 

A.L. — Y después todos se enojan si no vamos al Mundial. A veces se ven a los chiquilines correr en los canteros centrales de algunas rutas de los accesos a Montevideo, pero creemos que después van a otro lado a cambiarse o a seguir con otra parte de su entrenamiento.

No puedo despedirlo sin preguntarle si Uruguay va a tener Mundial 2030 o no junto con Argentina.

 

F.C. — Ojalá, estamos trabajando para eso.

 

A.L. — ¿Van a hacer una comisión?

 

F.C. — Sí, estamos trabajando para eso. Se postergó la concreción de una comisión binacional porque las relaciones diplomáticas a veces dificultan un poco la concreción de estas cosas, por el momento que estamos pasando de relación con nuestros hermanos argentinos a nivel gubernamental. Se ha ido postergando un poco, pero no hay duda de que es una voluntad que la debe de tener la mayoría de los uruguayos.
El sueño de volver a tener un Mundial, que es la oportunidad en el 2030 seguramente.

 

A.L. — ¿Se puede pagar la infraestructura que requiere un Mundial? ¿En cuántas sedes están pensando?

 

F.C. — Se supone que tendríamos que hacer un reparto equitativo. Uruguay fue la sede del primer Mundial y por lo tanto el Estadio Centenario tiene que jugar un papel fundamental en esta celebración centenaria de los Mundiales, por lo tanto nadie está pensando en una presencia lateral de Uruguay, sino al mismo nivel seguramente que Argentina.

Esto requiere niveles de inversión muy importantes que el país tiene que programar y se planifica con tiempo, — por eso la ansiedad de empezar ahora —. Creemos que podemos llegar, pero además de eso los eventos deportivos de esta magnitud son también una oportunidad para las economías de los países que pueden obtener retornos importantes. Cuando uno pasa raya, una vez finalizados los eventos, el ingreso que se genera por el turismo, por oportunidades comerciales, por negocios inmobiliarios es muy importante.

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