«En las ferias el consumo de bolsas plásticas es desmedido»

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Todos los años en Uruguay se lanzan al mercado un promedio de 432 bolsas por uruguayo por año, lo que viene a ser el doble del promedio mundial.

Cada una de estas bolsas, que a veces las usamos por cinco minutos o menos, dependiendo del grosor de los materiales, demora entre 100 y 400 años en degradarse.

A fines del mes pasado la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), presentó su plan de acción estratégico para la gestión sustentable de bolsas plásticas que, entre otras cosas, pretende reducir a la mitad el consumo de las bolsas de aquí al 2015.

En Uruguay hay registradas unas 70 empresas que fabrican bolsas plásticas, que dan trabajo directo y formal a unas 5 mil personas. En tanto que también hay registradas 14 empresas dedicadas al reciclaje, que ocupan formalmente a 350 personas de forma directa y unas 1.200 de forma indirecta. Sin embargo el ministro de Medio Ambiente, Carlos Colacce, dijo aquí en Producción Nacional el día en que se lanzó este plan, que el informalismo superaba el 30% y es justamente uno de los problemas que hay en esta área.

Para conocer cómo es el plan estratégico y particularmente para saber qué podemos hacer nosotros como ciudadanos comunes para colaborar con esto conversamos con la ingeniera Natalia González, integrante de la Unidad de Planificación de la DINAMA, una de las dos técnicas que estuvo en la confección del plan estratégico para la gestión sustentable del consumo de las bolsas plásticas.

 

Alejandro Landoni — El 74% de los uruguayos está dispuesto a usar menos bolsas plásticas al salir de un supermercado; y 7 de cada 10 está dispuesto a llevar chismosa o carrito de feria para no usar bolsas de plástico. Estos son datos de una encuesta de Equipos Mori, que contrató el Ministerio de Medio Ambiente con la Embajada Británica.

Usted fue una de las que trabajó en este plan, que según manifiestan siempre fue consensuado. ¿Qué quiere decir eso? ¿Con qué sectores hablaron?

Natalia González — Consideramos que para estas y otras materias es muy importante trabajar coordinadamente tanto con el sector fabricante, con el consumidor, con el sector comercial. En esta como en otras materias, el ministerio ha trazado esa forma de trabajo.

Nosotros con el tema de bolsas plásticas hicimos unas jornadas de intercambio con todos los actores involucrados en la materia, unas jornadas que fueron muy participativas y donde cada uno exponía su punto de vista y hacía sus aportes.

Los participantes fueron: los fabricantes (la Asociación Uruguaya de Bolsas Plásticas); los recicladores, ONGs ambientalistas; el gobierno nacional, las intendencias municipales, el sector comercial, Cambadu, las grandes superficies comerciales; las grandes cadenas de supermercados. Tratamos de que estuvieran todos presentes porque consideramos que es la forma de que luego el plan sea sostenible en el tiempo; que sea realmente sustentable y que lleguen a cumplirse las metas.

A.L. — Aparte están pensando en una especie de política de Estado, en el sentido que están poniendo metas a 2015, que implican una nueva administración de gobierno. En este momento se sabe que es del mismo signo del que ya venía, pero en el momento en que ustedes lo hicieron en esencia no se habían realizado las elecciones y no sabían quién podría venir después.

N.G. — Sí, sin dudas.

De todos modos este es un tema que es de todos. Los temas medioambientales por lo general involucran a toda la población y el sector político no tendría porqué tener banderas tampoco.

O sea que desde ese punto de vista la idea era trazar las políticas y fue así que nos lo planteamos con ese alcance temporal, de 2009 a 2015, para poder ir evaluando. En el año 2011 está planteado hacer un parate para ver cómo venimos con las metas propuestas y con los indicadores, porque probablemente haya que hacer algún ajuste.

Estamos trabajando coordinadamente con los grandes supermercados. Eso es algo que supongo que ya se debe palpar desde la población, porque las grandes superficies comerciales están obligadas por el Decreto 260 a tener un plan de acción para gestionar sustentablemente las bolsas plásticas, entonces desde el comienzo de este año están trabajando duramente para reducir el consumo de bolsas plásticas y generar otras alternativas como ser: tener disponibles bolsas de tela, chismosas, etc.

A.L. — Es obligatorio; en el supermercado tiene que estar en un lugar bien visible la bolsa, la chismosa.

N.G. — En eso estamos trabajando con los planes.

Ellos presentan semestralmente los indicadores y viene muy bien el trabajo.

A.L. — Me hace un poco de gracia cuando voy al supermercado y veo el cartelito que dice que hay que usar menos bolsas. Antes poníamos una cosa por bolsa, ahora ponemos tres, que en esencia es el mismo peso… cuando en realidad, fueron ellos los grandes impulsores y los que sacaron los carritos y las chismosas del mercado, llenándonos de bolsas, y lo hicieron además, con la idea de que si llevamos el carrito o la chismosa a medida que se llena nos damos cuenta que por ejemplo el carrito lleno implica un montón determinado de plata en la caja, entonces para contraponer la idea del carrito propio llevado al supermercado, se pusieron muchas bolsas de nylon para que la persona pueda llevarse las cosas para la casa.

Ahora han dado marcha atrás, cosa que me parece muy bien.

N.G. — Sí, está el tema del consumo y de cómo cambian los hábitos de consumo en la población, que es un tema bastante complejo.

Las bolsas en realidad hace muy poco tiempo que están instauradas como están. En el año ’70 recién comienza a usarse el polietileno para hacer bolsas de plástico en Estados Unidos, en 1980 se instaura en los supermercados y después eso se traslada al resto del mundo en forma rápida.

A.L. — Como solución práctica y económica.

N.G. — Sin duda.

A.L. — Pero con un daño para el medio ambiente considerable.

En muchos países entregar bolsas de plástico gratuitamente está prohibido; — en San Francisco (Estados Unidos), directamente está prohibido entregar bolsas de plástico o sea que aunque quisieran cobrarlas, no pueden —; en varios países se les cobran impuestos a las bolsas de plástico; en otros lugares se les cobra tasa.

De hecho en Montevideo se dispuso cobrar $ 0,08 por bolsa, cosa que creo que no se llegó a implementar pero está consagrada en la ley municipal.

Como integrante de la DINAMA y como autora de este plan estratégico, ¿qué le parece que es mejor? ¿Cuál le parece que es la mejor solución de todas estas posibilidades que vimos que pasan en otros lados del mundo?

N.G. — Lo que nosotros creemos que es más importante, y se ve claramente reflejado en el plan, es que ninguna de las medidas que se han tomado en otros países en forma aislada soluciona el problema. Creemos que tiene que ser una batería de medidas las que se implementen para llegar a una buena solución.

No creemos que haya que prohibir o eliminar las bolsas plásticas porque como usted decía son prácticas, cómodas, útiles, livianas, higiénicas, etc. Tienen una serie de ventajas. Las utilizamos a diario y realmente llegaron a nuestras vidas para mejorar la calidad de vida, por eso creemos que prohibirlas no soluciona sino que hasta podría generar mayores problemas. Por eso no se ha encontrado hasta la fecha un sustituto para las diversas aplicaciones que tiene la bolsa plástica, porque aparte también es impermeable.

Son muchísimas las aplicaciones y es por eso que el Ministerio se propone hacer una reducción del consumo indiscriminado. Creemos que si se consumen en forma responsable, eso evita que luego estén dispersas por el ambiente llegando a los cursos de agua, al sistema de alcantarillado, contaminando visualmente tanto zonas urbanas como playas, parques, zonas rurales. Si se consumen en forma responsable, creemos que pasa por ahí el tema de la solución medioambiental al problema de la bolsa de plástico y no en una prohibición.

Con respecto por ejemplo al cobro de una tasa o de un impuesto de las bolsas plásticas, nosotros lo tenemos planteado en el plan; está previsto realizar una consultoría para evaluar esa posibilidad. Por supuesto que nosotros, los técnicos de DINAMA no estamos capacitados para decir cuánto se podría cobrar, ni cuándo, ni a quiénes. Eso requiere un estudio de personas idóneas para analizar la oportunidad, el alcance, el ámbito de aplicación de ese posible tributo y por otro lado, creemos que esa medida aislada también hace que si por ejemplo hoy nos cobraran la bolsa a $ 3, diríamos que es el costo del surtido, si vamos al supermercado, más $ 3 por siete, ocho o diez bolsas según lo que nos llevemos.

Eso está también estudiado y ha pasado en otros países que después el consumidor se acostumbra a que eso ya es un costo y lo sigue consumiendo, y no reduce el consumo que es lo que nosotros pretendemos.

A.L. — El plan estratégico tiene cinco lineamientos estratégicos. El punto número uno es el tema del consumo responsable. ¿Qué podemos hacer los ciudadanos para consumir menos bolsas plásticas?

N.G. — Sin duda existen diversas cosas que podemos hacer. Está en nuestro accionar cotidiano y son sencillas.

Para nombrar algunas de ellas: una de las cosas que venimos promocionando es que en alguna de las aplicaciones, cuando uno va a ser compras, usar la chismosa. Hoy en día hay disponibles y a la venta distintas bolsas de tela de materiales reutilizables; bolsas de TNT; chismosas que vienen más modernas.

A.L. — Sí, con nuevos diseños.

N.G. — Nosotros desde el Ministerio hicimos en el mes de agosto un concurso de diseño de bolsas reutilizables con diseñadores jóvenes uruguayos, donde hubo muy buenas propuestas.

O sea que si estamos dispuestos a hacer ese cambio en el hábito de la forma de hacer las compras, por ahí al utilizar chismosas o bolsas reutilizables ya estamos haciendo un gran aporte y esa bolsa se puede llevar al supermercado, al almacén, a la panadería, a cualquier tipo de comercio.

En las ferias, por ejemplo, el consumo de bolsas plásticas es bastante desmedido. Es un tema que aún no hemos atacado en profundidad porque comenzamos con los supermercados, y ahora en noviembre firmamos un acuerdo voluntario con Cambadu, por el cual ellos también van a empezar a trabajar en la reducción de bolsas plásticas, sobre todo en lo que son almacenes y autoservicios.

El tema de las ferias también está previsto encararlo con fuerza, pero no es tan fácil de llegar.

A.L. — Hoy mismo en la feria fui con la chismosa a comprar la fruta y verdura y al pesar papas las meten en una bolsa, y por más que le digamos al feriante que no nos ponga bolsa porque llevamos la chismosa, no pasa nada. Entonces, nos llevamos un montón de bolsitas de nylon que aparte son transparentes y fácilmente se rompen para sacar lo que está adentro y no la usamos más de cinco minutos. Es realmente innecesaria. Lo que hacemos es tirarlas prácticamente apenas llegamos a casa.

Es difícil hacerle entender a la persona que atiende que realmente no queremos las bolsitas.

N.G. — Sí, como todo cambio cultural es complicado, pero creemos que paulatinamente se va a ir logrando. El problema que tienen esas bolsitas es que no es fácil darles un reuso.

Otra de las cosas a las que apunta el ministerio es a reutilizar las bolsas de plástico que llegan a nuestros hogares. La forma de actuar más responsable sería: primero tratar de no traer a casa las bolsas innecesarias. Por ejemplo, si vamos a consumir un producto inmediatamente, como un alfajor, esa bolsa en la panadería le podemos decir al comerciante que no nos la dé porque es totalmente innecesaria. Además, quizás incluso tenemos una cartera o una mochila donde podemos guardarlo. También ocurre cuando vamos a la papelería y compramos artículos pequeños; hoy en día va todo embolsado. Está tan instaurado ese hábito que hasta hace muy poco era hasta mal visto si uno iba a un lugar que no te embolsaran lo que le daban, parecía que hasta nos habían atendido mal.

Con artículos pequeños o cosas que se van a consumir inmediatamente, ahí ya podemos agradecer que no nos den la bolsa. Con una bolsa que agradezcamos al comerciante que no nos dé, ahí ya estamos colaborando.

Después, cuando vamos a hacer compras más grandes, como por ejemplo un surtido, podemos tratar de que el cajero nos empaque la mayor cantidad de productos posibles dentro de una misma bolsa. Las bolsas de supermercado están diseñadas para soportar seis kilos. Hasta que comenzamos a trabajar, — y todavía en muchos lugares sigue pasando —, nos empacaban dos artículos en una bolsa. Hoy en día con el trabajo de los grandes supermercados eso se está movilizando un poco y se está cambiando.

A.L. — Los supermercados no son “los malos de la película” ni mucho menos, me parece que es justamente el sector que más ha colaborado. Las grandes superficies son todas formales, por lo tanto…

N.G. — La ventaja que tienen es que tienen mucha llegada a la población y a su vez son pocos, entonces es más fácil comenzar a trabajar con ellos, además de que están obligados por decreto.

Entonces, cuando vamos al supermercado tratar de traer la menor cantidad de bolsas posibles a casa. De todas formas, las bolsas son necesarias y si nos olvidamos de llevar la chismosa obviamente vamos a volver con bolsas a casa y de hecho, muchas veces las precisamos, porque el reuso más común que hacemos los uruguayos de las bolsas de plástico es para sacar la basura. No queremos que no lleven bolsas plásticas de los supermercados a la casa por el tema de la reducción y que después la gente tenga que salir a comprar bolsas plásticas de residuos, ese no es para nada el espíritu del plan y para nada es nuestra idea.

A.L. — La otra pregunta es ¿qué hace uno después que tiene la bolsa? ¿Cómo la deshecha? Hay gente que si va en el auto, abre la ventanilla y tira para afuera el envase del juguito y la bolsita que le han dado para darle el juguito, y eso queda después por cualquier lado.

Uno de los lineamientos estratégicos que ustedes tienen es la mejora de la gestión de los residuos sólidos urbanos, y ahí el objetivo específico es disminuir la cantidad de bolsas que están dispersas en el ambiente.

N.G. — Para eso están planeadas actividades conjuntas de coordinación con las intendencias municipales de todo el país, porque el plan es de cobertura nacional.

Las bolsas que nos sobran podemos juntarlas y llevarlas a las llamadas “islas de recepción”. Estamos trabajando con los supermercados para que se implemente eso que son contenedores, — así como estaban los de las bolsas de leche —, para que la gente pueda llevar las bolsas al supermercado para que luego se utilicen como materia prima para el reciclaje.

A.L. – Una oyente dice: “¡Por favor sí podemos hacer cosas particularmente! Yo jamás traigo un envase de plástico a mi casa, sea o no sea retornable. Si uno va a comprar una botella, ¿por qué la ponen en bolsa de plástico? ¿Para qué necesita una botella, una bolsa de plástico por fuera? ¿Por qué no se prohíbe? ¿Cuánto cuesta destruir ese nylon que viene por fuera de esa botella? ¿Cuánto tiempo se necesita para que se destruya? ¿Qué esperan para poner una ley que impida eso con una intendencia de izquierda y un gobierno de izquierda? ¡Por favor!”

En el mensaje está clara la conciencia que tiene nuestra oyente del uso de las bolsas y de los plásticos, algo que no es frecuente en general, y también ese reclamo fuerte pidiendo que se prohíba la bolsa de plástico.

La ingeniera decía al comienzo que la DINAMA no estaba de acuerdo con la prohibición, porque en esencia la bolsa tiene algún tipo de utilidad, es práctica y de bajo costo.

N.G. — Debemos ir hacia un consumo responsable y racional de las bolsas plásticas y tener cuidado de la forma en cómo nos deshacemos de esas bolsas para que no queden dispersas en el medio ambiente.

A.L. — Ustedes tienen una página Web funcionando específicamente sobre este tema.

N.G. — Sí, en setiembre lanzamos la segunda campaña “Sacá la bolsa del medio” y una de las cosas que implementamos fue el sitio Web que es www.sacalabolsadelmedio.org.uy. Allí hay información tanto para los comercios si se quieren tomar medidas; para los consumidores, para colaborar desde nuestro accionar cotidiano.

Hay información sobre dónde comprar una chismosa; sobre los distintos impactos; y está el plan de acción estratégico colgado.

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