Música: producto de exportación

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El Cluster de Música presentó su plan estratégico, en el cual establece como líneas fundamentales abrirse paso en el mercado internacional, maximizar los negocios y las asociaciones a nivel local.

Diego Traverso y Fernanda Rodríguez, del Cluster de Música

El 2008 la facturación por venta de discos y montajes de recitales en nuestro país, superó los US$ 12:500.000.

El Cluster de Música del Uruguay presentó el viernes pasado su plan estratégico, en el cual establecen como líneas fundamentales abrirse paso en el mercado internacional, maximizar los negocios y también las asociaciones a nivel local.

En el plan reconocen que el sector tiene una baja profesionalización y poca especialización y, en ese marco, las instituciones públicas y privadas que conformaron el cluster están buscando la mejor forma de posicionar la música a nivel nacional y también regional. Entre otras cosas, hablan de crear una Agencia de Exportación de la Música Uruguaya.

Para conocer el plan estratégico del Cluster de la Música conversaremos con el representante del Departamento de Industrias Creativas de la Dirección Nacional de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura en el conglomerado, el economista Diego Traverso, y con la licenciada Fernanda Rodríguez, facilitadora del Cluster.

 

Alejandro Landoni — En febrero lanzaron el cluster en el Teatro Solís. ¿Qué instituciones nuclea el conglomerado de la Música?

Diego Traverso — En realidad, a todos los agentes que tienen algo que ver con la música. Van desde los artistas, productores de espectáculos, managers, sellos discográficos, proveedores, etc.

 

A.L. — Es bastante amplio. Están las discotecas, las salas, la gente que alquila los equipos de audio, la seguridad.

D.T. — Cuando empezamos el proyecto, un primer informe fue como sacar una foto al sector y ver por quién estaba integrado. Fue un trabajo que llevó su tiempo.

También por cómo es el sector, la música puede salir por muchas ventanas — ya sea un show en vivo o en disco —; entonces la cadena de valor y las personas que participan son diferentes. Nosotros tratamos de nuclearlos a todos.

A.L. — Estaba mirando en algunos documentos del cluster, que se estima que el sector está dando empleo a 1.800 personas, pero hacen la salvedad de que están excluyendo a los artistas y a los profesores.

Fernanda Rodríguez — En la categorización que hizo Carlos; en ese mapa del sector que está comprendido por diferentes cadenas, tiene un número estimativo: por ejemplo, de los managers habla de 33, los productores alrededor de 30 y los músicos 1.180.

Por un lado hay que considerar que las cifras que se elaboraron vienen como de cero, fue el diagnóstico que se puedo hacer ahora en estos pocos meses, porque no hay por estadística una forma de poder determinar un número exacto. También hay que considerar que muchos de los técnicos o artistas son técnicos free lance o artistas no profesionales, entonces seguramente no son 1.180 porque si usted considera que en el último Pepsi Unplugged se presentan 700 bandas compuestas por un mínimo de cuatro integrantes, ya se están superando las 1.185.

Es un número aproximado que nos sirvió a nosotros como para poder empezar a trabajar y ver cómo está mercado, pero no es un número final.

A.L. — También nos habla de la informalidad que hay en el sector, porque si bien algunos artistas no son profesionales y sólo hacen algunas actuaciones -es lógico y me parece que está bien que así sea-, también hay mucho informalismo no sólo a nivel de los técnicos sino también de algunas empresas.

¿Cómo vivieron eso ustedes?

F.R. — Es una demanda que surge en cada instancia que hemos tenido de talleres, el poder trabajar sobre eso; el marco normativo del sector, los beneficios, todo lo que eso conlleva. El estar trabajando en una forma que no es quizás la correcta tiene sus desventajas.

Es una demanda a laburar.

A.L. — ¿En estos meses han podido determinar porcentaje de informalismo del sector?

D.T. — No, tenemos muy pocos datos. Nos juntamos con el Instituto Nacional de Estadística (INE) para que en los próximos censos se relevara más este sector en la parte artística y en la parte empresarial, y estamos trabajando en ese sentido, pero es muy difícil decir tal porcentaje son informales.

F.R. — Claro, informales o también lo de INE va más por el lado de que para muchos no es su profesión principal, sino que muchas veces uno es médico y músico, entonces declara como médico.

A.L. — Hay casos muy conocidos.

¿Cómo fue el proceso que hicieron como cluster para terminar en este plan estratégico?

D.T. — El plan es del sector. Primero lo realizó un consultor, Carlos Casacuberta, que fue el responsable de redactarlo, pero se nutre de distintos talleres que hicimos con gente del sector.

Primero hicimos un taller donde elaboramos una visión a futuro de qué era lo que quería hacer el sector en un futuro; cómo se definían ellos. Después hicimos un taller de diagnóstico para ver cómo estaba el sector en la actualidad, para partir de esa visión, y por último hicimos un último taller de fue de iniciativas. Dada la visión que teníamos y cómo estábamos en el presente, qué podríamos hacer para llegar a esa visión. Básicamente fueron esas actividades a las que por suerte fue mucha gente y gente importante del sector a participar y a discutir.

Antes de tener ese documento hicimos un documento de caracterización — que era un poco lo que le contaba, una foto del sector de qué agentes habían, de que actores participaban —; después un informe de diagnóstico y estos dos informes nutrían este plan estratégico que recoge parte de esos informes, las iniciativas para la mejora del sector.

A.L. — Cuando se conforman los clusters a veces es complicado el tema de las representatividades. Algunos se quejan de que el núcleo principal del cluster son unos y no otros que también están, pero que deberían estar de una forma más marginal. ¿Han tenido problemas de ese tipo?

F.R. — Nosotros creo que hemos demostrado la apertura. Es un proyecto abarcativo y muy democrático. En ese sentido, la participación de los talleres por suerte ha superado las 50 personas, una base que teníamos como para poder trabajar. Hemos llegado a una solicitud de 80 personas para llegar a 50 o 60.

En las conferencias que hicimos — que también complementaron porque fueron parte de insumo para esta elaboración del plan estratégico —, vinieron representantes de sellos internacionales, de Agencias de Exportación Internacional, donde se nos presentaron nuevos modelos de negocios digitales, en esas conferencias, que fueron alrededor de seis; tuvimos una participación promedio de unas 100 personas. Eso demostró que la gente podía participar y se podía ir sumando a esto.

Nosotros ahora estamos en una etapa en que cualquier persona perteneciente al sector puede plantear sus ideas y volcarlas arriba de una mesa.

Fue un proceso dificultoso dada las características del sector. Es un sector muy heterogéneo, por momentos muy disperso, también muy independiente. Si bien tienen un nivel de asociatividad es muy limitado a lo que pueden ser quizás otros sectores productivos, no comparables en escala. Por eso quizás nos lleva un poco más de tiempo lograr esa unidad y esa transparencia para que la gente se sienta cómoda en trasladar sus ideas.

Creo que hoy el resultado es muy bueno porque como facilitadora recibo continuamente comentarios, proyectos, consultas vía correo electrónico o telefónicas de gente que quizás no es activa dentro de las actividades del grupo gestor, ni participa de todas las conferencias, ni de todos los talleres, pero que está al tanto y quiere participar.

Es un desafío, pero creo que lo hemos logrado subsanar o mejorar. Es un trabajo que empieza.

A.L. — Están buscando transformar al sector de la música uruguaya en un sector exportador y también están buscando crear una Agencia de Exportación de la Música Uruguaya. ¿Cómo sería esta idea?

D.T. — En realidad, el título general sería que buscamos la mejora de la competitividad del sector y dentro de ese gran título de “Mejora de la Competitividad” está lo que decía de crear una Agencia de Exportación.

Dentro de las líneas que surgieron del taller de iniciativas y de lo que trabajó el consultor, surgieron cuatro puntos a trabajar:

1) La internacionalización. Mejorar la exportación, dentro de esta línea viene la Agencia de Exportación.

2) La capacitación del sector más que nada a nivel empresarial, porque muchas veces la gente trabaja y no tiene una formación específica.

3) La mejora del entorno y redes — que es lo que tiene más que ver con mercado interno. Generar una institucionalidad del sector, que no tiene.

4) La última línea estratégica es trabajar con modelos de negocio.

A.L. — Que hay varios…

D.T. — Todo lo que tiene que ver con la música.

El mercado cambió completamente con las nuevas tecnologías, Internet. Hoy en día la industria discográfica está pasando por un momento que no se sabe para dónde va a ir, y generar una línea en ese sentido, que acá están muy poco desarrollados los nuevos modelos de negocios.

A.L. — Sí, no sólo por la descarga de música sino que hay funcionando desde Uruguay, un portal que transmite conciertos en vivo, así sea de grandes grupos o de un grupo que recién está empezando.

D.T. — Sí.

A.L. — Y tienen la posibilidad de comprar las entradas vía Internet y verlo en forma totalmente virtual. O sea que hay varios negocios nuevos en la vuelta.

¿Cómo es esto de la exportación? La primera línea estratégica del cluster es la inserción internacional, el propósito de exportar y la Agencia de Exportación de la Música Uruguaya.

D.T. — Nosotros la llamamos Agencia de Exportación de la Música Uruguaya pero todavía no tiene nombre. Es un proyecto.

Surgió como una demanda del sector porque acá no había ningún referente. Si uno quiere exportar música o llevar un show o contenidos para afuera; no había ningún referente de dónde ir a solicitar apoyo o que los asesoren. Surgió como una demanda e hicimos unos talleres de trabajo y la idea es generar algo que nos venda para afuera. Ahí entran un montón de cosas, desde ir a Ferias Internacionales de Música, generar un catálogo en común.

F.R. — Trabajar sobre campañas de marketing, trabajar sobre traer a compradores, etc.

D.T. — Nosotros en una conferencia trajimos a David McLoughlin, que es el representante de la Agencia de Exportación de Música Brasilera (BM & A). Vino a dar una charla que estuvo buenísima y todos quedamos como encantados con todo lo que hacían sobre todo con el marketing digital que es muy barato y se accede con él a todo el mundo. A partir de su venida dijimos “queremos un tipo como él, pero acá en Uruguay”.

A.L. — Hay que pagarlo…

D.T. — Bueno sí, por suerte dado que el proyecto lo financia Viví Cultura, que lo financia la Agencia de Cooperación Española a través de Naciones Unidas, tenemos fondos para este tipo de proyectos que son para todo el sector, y en ese caso nos financiarían el 80% de los costos de este proyecto por un período de dos años.

A.L. — Cuando hablamos de exportar música; en la música uruguaya hay distintos géneros y distintas realidades. ¿Qué música uruguaya se busca exportar?

F.R. — Una acotación sobre cómo surge lo de las Agencias.

La demanda es de que “Yo productor realizo una ruta y esa ruta se desvanece porque no la logro nutrir”. Quiere decir que si uno lograra articular entre varios managers o productores, diferentes rutas, por ejemplo: ruta Canadá, ruta Argentina, con una oferta variada -habría que estudiar qué tipo de oferta —; uno podría ir generándose un mercado que tenga un ida y vuelta contínuo y que no se acabe en su show en tal lugar, porque mucha gente llega a un lugar y por desconocimiento no sabe moverse.

Esa también fue una de las demandas de los músicos y de los productores.

A.L. — En los últimos años ha habido todo un movimiento. Podemos recordar el tema de la murga uruguaya en Argentina…

D.T. — Sí, o “No te va gustar” que ahora sobre todo en Argentina está como orquesta referente en los shows internacionales.

A.L. — Y todo el auge del rock que viene de varios años y que también se ha subido a negocios nuevos, como por ejemplo que en una época vendían los teléfonos o los MP3 ya caracterizados con las canciones de algunos grupos.

Es decir, que algo de eso se ha hecho. Capaz que un poco “a los tumbos”.

F.R. — Sí, dentro de la visión de futuro, una de las cosas que ellos se planteaban de aquí a cinco años era ser reconocidos internacionalmente por la diversidad de sus contenidos musicales.

Un poco dando una respuesta a esa pregunta de “¿y qué vendrá?”. Nosotros no tenemos respuesta para eso porque para eso tenemos que hacer un estudio de mercado que no lo tenemos hecho, y mañana veremos qué vendrá, pero la característica de la música uruguaya es que contempla varios géneros. Eso hace posible que se pueda trabajar en varios mercados. Posiblemente en algunos sea más exitosos que otros, pero esas son cosas que hay que estudiar a futuro.

Nosotros nos planteamos a nivel interno que antes de generar una Agencia hacer quizás una consultoría de qué hacer; hacia dónde ir. No es solamente ir a una oficina y contratar a alguien para que atienda y empiece a generar rutas, sino hacer todo un estudio previo más acertado y que nos permita lograr tener un éxito a corto plazo.

D.T. — La pregunta suya de qué vender es muy interesante porque nosotros nos la planteamos y también depende de qué estrategia formule esa Agencia o el Director de esa Agencia, porque es muy difícil generar una marca de música uruguaya, por ejemplo: tambores o murga, porque estás dejando un montón de gente de lado. La idea es que se venda toda.

David de Brasil nos dijo que él tenía mercado infinito; que él vendía desde bossa nova típica de Brasil, hasta a unos tipos que hacían tecno en Río de Janeiro y que no los veía nadie, pero se los vendió a un juego de la FIFA. Pasa que en mercados que están muy atomizados, y a partir de las nuevas tecnologías cada nicho encuentra su demanda por las redes, etc. Cada género tiene posibilidades de llegar a la demanda.

A.L. — Claro, ahí Traverso dijo algo importante que es que a veces uno piensa en la música como en un grupo que va a tocar y que uno lo va a ver, pero en realidad la música puede ser la música de la película, la música de un videojuego.

F.R. — Hay ideas en la vuelta relacionadas al audiovisual y al turismo.

A.L. — Sé que está a punto de vencer un llamado para una Feria Internacional de Música y esto constituye un ejemplo concreto de estas redes que ustedes están haciendo y promoviendo desde el cluster. ¿Cómo es este Llamado?

F.R. — Del 19 al 22 de noviembre se lleva a cabo la Feria Internacional de Música en Buenos Aires. Es una feria que en este año se estima que tendrá 11.000 espectadores y nuclea a todo el sector musical pero a nivel internacional.

Nosotros hicimos un Llamado a empresas para que participaran como una especie de misión uruguaya en el BAFIM, mañana culmina el plazo de presentación. Le paso el correo electrónico para que la gente pueda escribir y completar el formulario: clusterdemusica.uy@gmail.com.

Es una linda experiencia para todas las personas que no han podido participar de una feria y para las que sí han podido porque sirve para conocer más el sector; sirve para generar vínculos; sirve para tener una ronda de negocios — porque previamente las empresas que vayan ahí van a tener una agenda ya marcada —; y también nos sirve a nosotros para empezar ya a trabajar sobre un grupo concreto.

A.L. — ¿Quiénes se pueden presentar en esta feria? ¿A quién le podría interesar ir a una Feria Internacional de Música?

F.R. — A los sellos, a los productores; no a los músicos quizás, porque no es muy bueno que vaya el músico a venderse a sí mismo, pero sí los managers.

Tenemos una empresa de diseño Web que está especializada en el sector musical y que por ejemplo se postuló…

A.L. — Sí, todo tipo de proveedor.

F.R. — Proveedores y productores artísticos también que puedan ir a generar vínculos.

 

A.L. — Así que los que quieran tener más información pueden enviar un mail al Cluster de Música.

D.T. — Es importante decir que cofinanciamos el 60% de los costos.

A.L. — ¿De pasaje y estadía?

D.T. — Sí, de todo el costo de ir a la feria. Es más, el stand lo consiguió la Dirección de Cultura gratuitamente por cortesía de la Dirección de Cultura de Buenos Aires. Así que el stand, que es lo más caro, es gratis.

F.R. — Estimamos que la inversión que tiene que hacer cada empresa no va a ser superior a los US$ 100, pero ahí ya tiene el stand, el pasaje, la estadía, el alojamiento, lo único que queda a cubrir al que decide participar es la comida y los traslados internos. Son cuatro días, o sea que es una linda oportunidad para muchos.

Estamos re entusiasmados y los que se vienen inscribiendo lo hacen también con mucho entusiasmo porque para algunos es la primera vez. Pueden comunicarse por vía mail o si no pueden llamarme al 099752003 o al 9150425.

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