Empresas uruguayas del sector Alimentos formaron un conglomerado que tiene el objetivo de triplicar en cinco años las exportaciones, y alcanzar un monto de exportación de US$ 70:000.000.
Juan Pablo Speranza y Déborah Szwedzki, del Conglomerado de Alimentos
Entrevista emitida el martes 30/06/09 en Producción Nacional — 1410 AM LIBRE
Este sector está integrado por unas 2.800 empresas que en el año 2005 estaban facturando varios millones de dólares. Estas empresas producen todo tipo de alimentos: panificados, platos que se conservan en frío, preparados y pastas, salsas, snacks, golosinas, dulces, chacinados, jugos, productos lácteos y del mar, entre otros. Hace pocos días este conglomerado publicó su plan estratégico y cuentan con US$500:000.000 que subsidia el gobierno a través del Programa de Apoyo a la Competitividad de Conglomerados (PACC), para llevarlo adelante.
Para conocer en qué consiste este plan estratégico entrevistamos a Juan Pablo Speranza, integrante del grupo ejecutivo del Conglomerado de Alimentos y uno de los directores de La Spezia, y a Déborah Szwedzki, coordinadora de este Conglomerado.
Alejandro Landoni — ¿Qué información nos pueden dar del sector? Mirando el plan estratégico, decía que tienen 2.800 empresas que están en el sector y que la gran mayoría tienen menos de cinco empleados.
Déborah Szwedzki — Sí, hay unas 200 empresas que tienen más de cinco empleados y se puede decir que son empresas más industriales, y de entre ellas hay aproximadamente unas 50 que son las que están exportando. En comparación con los commodities aquí en Uruguay, la exportación de alimentos con valor agregado es muchísimo menor, entonces se está tratando de potencializar o de aumentar ese sector que creemos que tiene posibilidades.
A.L. — Cuando hablamos de sector en general, ¿son empresas chicas o empresas familiares?
D.S. — No. En el sector tenemos empresas grandes, medianas y pequeñas. Hay muchas Pymes, empresas familiares y también hay de las otras, pero no necesariamente son Pymes.
A.L. — ¿Es un sector que está concentrado en pocas empresas en cuanto al volumen de producción?
D.S. — Es un sector que está muy bien posicionado en el mercado interno y que tiene bastante diversificada su producción en el mercado interno, pero que ha salido poco al exterior.
Juan Pablo Speranza — A mí lo que me parece importante es que esto es un llamado a los empresarios que trabajamos en alimentos para juntarnos, a cambiar la mentalidad y darnos cuenta que no competimos más los que estamos en el mismo barrio. Ahora con el nuevo sistema de información la competencia es mundial, entonces lo que necesitamos es juntarnos. Está bien exportar carne, granos, etcétera. Eso está muy bien, pero es mucho mejor, da más fuentes de trabajo y es más interesante, ingresa mucho más dinero al país si exportamos una porción de canelones con la salsa para que la señora en el exterior lo único que tenga que hacer es calentarlo. Eso da más mano de obra, eso es más caro y entonces genera más ingresos para el país y es lo que necesitamos.
Es lo que nosotros damos en llamar “alimentos con valor agregado” y eso es a lo que nosotros aspiramos y estamos haciendo un llamado a que los profesionales que estén interesados se acerquen al conglomerado (luego Déborah se lo va explicar mejor) y que las empresas que están produciendo alimentos, que no tienen por qué estar exportando al día de hoy, es decir que tengan por lo menos el interés de exportar; la idea es juntarnos. Venimos de una reunión en la Cámara Industrial de Alimentos porque nos estamos preparando para visitar Anuga, que es una de las ferias más grandes en el mundo y que se hace en Alemania (Colonia), sobre alimentos.
A.L. — ¿Para el año que viene?
J.P.S. — Eso es en octubre. La idea es que nos juntemos y así será más económico llegar. Los que puedan van a llevar sus productos, los que no podamos llevarlos aunque sea vamos a ir a conocer y a abrir la cabeza. Esto es una propuesta para juntarse para cambiar la mentalidad y empezar a darnos cuenta que podemos colaborar. Una empresa que está produciendo salsa de tomate en Paysandú me manda a mí el extracto de tomate, yo hago el tuco y exportamos el tuco, y eso es mucho mejor que él exporte la salsa de tomate.
A.L. — Asociarse para competir.
J.P.S. — Claro.
A.L. — Este conglomerado está formado por empresas privadas que no sólo elaboran los alimentos sino que también intervienen en toda la cadena de valor. Es decir, que están las empresas que venden los envases, las que hacen las materias primas, las que brindan servicios logísticos, las que venden la maquinaria, con organismos o instituciones del Estado. En este cluster en particular están la Universidad de la República, la UTU, el Instituto Uruguay XXI, el Latu, la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), entre otros más que forman parte del PACC.
Con fondos del PACC el gobierno otorga un subsidio de US$500:000.000 al cluster para poder hacer distintas actividades, pero ellos tienen que poner también algún tipo de contrapartida.
D.S. — Claro porque los US$ 500:000.000 son de fondos para volcar al cofinanciamiento de los proyectos, entonces hay una parte que va a estar financiada por estos fondos, pero otra que tiene que ser aportada por las empresas que presenten los proyectos. Ahora estamos haciendo un llamado hasta el 31 de julio de Perfiles de Proyectos, en los cuales hasta un 60% pueden estar cofinanciados por el programa, pero un 40% tiene que ponerlo las empresas que lo presenten. Las empresas tienen que presentarse en red, por lo menos, con un mínimo de tres empresas.
A.L. — Que sea un proyecto asociativo.
D.S. — Porque se apoya las alianzas o asociaciones entre empresas.
A.L. — ¿Cuál es el fuerte que tienen los alimentos con valor agregado? Ustedes hicieron un relevamiento que incluyó no sólo el mercado interno sino que también veo que se estuvieron comparando con Chile y con Argentina por ejemplo. ¿Cuál es el fuerte de los alimentos uruguayos?
D.S. — Primero, que Uruguay cuenta con algunas ventajas comparativas en cuanto a materias primas. Nosotros tenemos disponibilidad de materias primas y tenemos buena calidad. Tenemos carne, lácteos y también tenemos algunos productos hortifrutícolas. Eso por un lado, y por otro lado Uruguay produce alimentos de una calidad bastante aceptada a nivel internacional y tiene un buen nombre a nivel internacional. Quizás no sea tan conocido en la parte de alimentos con valor agregado, pero sí sanitariamente es un país que está bien posicionado y eso le da una ventaja importante.
A.L. — ¿Cuáles son las debilidades que tenemos? Ustedes decían que las empresas estaban muy focalizadas en el mercado interno y que a su vez había poca innovación y desarrollo. La Spezia es quizás una empresa distinta en cuanto a la innovación.
J.P.S. — Creo que hay una mentalidad de que “exportar es muy complicado”, incluso me incluyo porque nosotros estamos en un proceso para exportar y sí… no es fácil pero se puede, y hay empresas muy pequeñas en Uruguay que están exportando productos. Estamos muy focalizados al mercado interno en general, pero creo que las empresas del siglo XXI tienen que abrirse al mundo porque si no es muy difícil poder sobrevivir y como le dije al comienzo, hay que competir a escala mundial, no se puede competir más a escala barrial o zonal.
A.L. — Cuando hablan de competir a escala mundial, ¿cómo se imaginan ustedes hacia dónde se podrían vender los productos uruguayos? ¿Están pensando en la región o en Europa o Estados Unidos?
D.S. — Primero lo que se ve es que la tendencia mundial es a aumentar el comercio de este tipo de productos, y por eso las oportunidades de hoy no son las mismas de 30 años atrás. Hoy se abre una ventana de oportunidades que antes no existía y en cuanto a los mercados; depende mucho del tipo de producto; de qué estrategia de comercialización se siga, qué mercados son los objetivos.
Los alimentos se comercializan bajo cuatro líneas estratégicas que son: por marca propia, el caso de multinacionales (para poner un ejemplo Nestlé); después tenemos una línea de comercialización que es a través de marcas de distribuidor: el distribuidor pone la marca en el alimento que fabrica otro; después tenemos los alimentos Gourmet, que son alimentos de un nicho especializado, para un público más sofisticado y, otro mercado es el de Full Service que es un mercado que está en crecimiento hoy y que consiste en los alimentos que se venden a cadenas de comida rápida, a restoranes de hoteles o a la línea más gastronómica.
Entonces, depende de qué línea estratégica uno decida apuntar o según el destino de su producto, porque si por ejemplo uno vende puré de papas en bolsas de 25 quilos, probablemente el interés es llegar a un Full Service y no tanto a la góndola de un supermercado con marca de otro. Dependiendo de eso, es también al mercado al cual se puede acceder. En general, los mercados en los cuales uno tiene que tener mayor contacto con el cliente, por ejemplo los mercados Full Service, tendrían que ser mercados de más cercanía con el Uruguay a nivel más regional. Después por ejemplo, marca blanca o mercados Gourmet podría llegar a ser a nivel internacional, dependiendo un poco también de las capacidades nuestras de fabricación.
A.L. — ¿Eso no se determina de antemano, sino que cada empresa o grupo de empresas son los que van viendo en función de su producto a dónde pueden apuntar?
J.P.S. — Sí, cada uno tiene su oferta exportable y se ubica dentro de una de ellas.
A.L. — ¿Hay alguna acción general que ustedes hagan, por ejemplo, para promocionar? Ustedes decían que Uruguay tiene buena imagen a nivel internacional como productor de alimentos. ¿Hay una imagen-país que nos ayude en el sector?
D.S. — Es difícil dar una imagen-país en alimentos en Uruguay, porque los alimentos uruguayos no se diferencian con algo autóctono. Nosotros no tenemos demasiados alimentos que sean elaborados con materias primas específicas de la región o que se fabriquen de alguna manera muy particular en la región. Nosotros vendemos pastas que quizás provienen de otros lados y no de Uruguay. Entonces, es muy difícil que la marca-país pueda servir en estos casos. Igual tenemos una relación importante con el tema de la carne, rubro por el cual somos conocidos en todo el mundo y eso nos puede servir como carta de presentación.
A.L. — El objetivo es triplicar las exportaciones en cinco años, una meta muy ambiciosa y está claro que Uruguay tiene que salir para afuera, pero para eso aparecen conflictos. Ahora estaba trancada la leche en polvo para entrar en Brasil y uno ve productos industriales como las bicicletas o con los neumáticos remodelados que ahora otra vez los trancaron en Brasil… debe ser bravo apostar a la exportación. Uno sabe que es la solución, pero aunque funciona presuntamente el Mercosur, después cuando llega el momento en el cual uno tiene que enviar la mercadería para allá, se la traban por cuestiones administrativas. ¿Cuál es su opinión al respecto?
J.P.S. — Eso no puede ser una limitante. Eso pasa muchas veces increíblemente con países de la región, con Brasil sobre todo o con Argentina nos pasa en algunas oportunidades, pero creo que muchas veces se sabe lo que se tranca en la Aduana pero no todo lo que pasa, porque no se hace publicidad de todo lo que sí pasó. Sí sale en los diarios cuando se trancó una cosa. No es una crítica, es verdad, se trancan algunas cosas, pero hay un montón de otras que pasan y que insisto con que tenemos que competir a nivel mundial y tenemos que juntarnos los empresarios uruguayos de la alimentación y darnos cuenta que nuestro competidor está en Brasil y no en Montevideo.
D.S. — Y que juntarse sea parte de una mayor fortaleza frente a los riesgos de exportar, porque exportar es más riesgoso que el mercado interno.
A.L. — Los que quieran comunicarse con ustedes porque les interesó el tema y no se habían enterado, o algunos profesionales — acá hay un tema de Ingeniería Alimentaria, e imagino que hay un montón de profesionales que pueden aportar mucho en eso—, ¿dónde los pueden ubicar?
D.S. — En este momento estoy trabajando con apoyo de la Cámara de Industria el teléfono es 6040464, interno 215 y mi mail es proyectos.alimentos@gmail.com.