«Aggiornarnos o retirarnos del mercado»

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La familia Crapuchetti tuvo que hacer esa opción y hoy la Fábrica de Botones Crapuchetti, que exporta el 70% de su producción, es una de las principales empresas del mercado.

Juan Crapuchetti, sin embargo, advirtió en Producción Nacional que la continua baja del dólar desde hace dos años, genera situaciones similares a las vividas en la última crisis de 2002.

Con Juan Pedro Crapuchetti, director de la Fábrica de Botones Crapuchetti
Entrevista emitida el lunes 14/07/08 en Producción Nacional – 1410 AM LIBRE

 

Alejandro Landoni – En Uruguay hay sólo cuatro fábricas de botones.La familia Crapuchetti en la propietaria de una de estas fábricas y están elaborando 800 modelos diferentes de botones artesanales e industriales. Su estrategia es hacer producciones pequeñas para marcas exclusivas. Esta apuesta a la calidad y al diseño, le permitió a la Fábrica de Botones Crapuchetti, encontrar nichos de mercado que le permiten competir contra grandes empresas internacionales.  Fruto de un largo y difícil proceso, actualmente el emprendimiento exporta el 70% de su producción. Un emprendimiento que ha sido galardonado como una PYME innovadora por esta idea de tener un emprendimiento mediano exportando botones.¿Hace cuántos años que está trabajando en la confección de botones?

Juan Pedro Crapuchetti – La empresa empezó en julio de 1976 en un emprendimiento con mi hermana en donde empezamos a vender en plaza, en mercerías de Montevideo. Éramos tres personas las que empezamos a trabajar, haciendo botones totalmente artesanales, y fuimos creciendo lentamente siempre pensando en la plaza interna.Cuando se habla del MERCOSUR, ahí tuvimos que tomar la determinación de aggiornarnos o retirarnos del mercado, porque iban a venir muchas oportunidades pero también muchos riesgos, como por ejemplo que vinieran empresas e hicieran desaparecer a una empresa chica como la nuestra.  

AL – Usted hacía por lo menos 15 años que ya estaba haciendo botones cuando se empezó a hablar del MERCOSUR. ¿Es difícil, cuando alguien está tanto tiempo en algo, pensar en reconvertirse?

JPC – Ese fue un movimiento de piso muy grande, donde había que tomar una determinación de ver qué hacíamos con la empresa, si nos dedicábamos a otra actividad o nos preparábamos para competir. Así hicimos un estudio con la Cámara de Industrias para ver si era viable el proyecto de reconvertirnos, cosa que implicaba traer maquinaria de última generación; hacer una inversión bastante grande; traer técnicos para que nos abrieran la cabeza sobre el tema de lo que significa competir a nivel internacional y técnicos extranjeros; preparar al personal y viajar a ferias internacionales para ver cómo estaban preparados nuestros colegas en el mundo.

AL – Imagino que se también se encontró con gente que le preguntó: ¿A usted le parece poner toda su energía y capital en una Fábrica de Botones? ¿Cómo es el mercado de los botones no ya en Uruguay sino en el mundo? ¿Hay fábricas que se dedican sólo a exportar botones?

JPC – Hay muchísimas fábricas y de gran nivel. Hoy por hoy las que quedan en cada parque son las que están muy enlomadas con máquinas automáticas, pues las fábricas artesanales -como éramos nosotros hace 15 años atrás- ya no queda ninguna. Hoy en una máquina automática de gran producción se puede hacer: botón de guampa, de madera, de poliéster, en fin todo tipo de botón, cuando antes un trabajaba en líneas de producción manual de muy baja producción.Nosotros hemos incorporado en un proyecto de 10 años hasta la última tecnología y junto con la maquinaria han venido técnicos que nos han ido aggiornando con todo lo que es: modelaje, materiales, y en el caso del diseño uno ve en Europa, en cada viaje que hace, qué es lo que está de moda. 

AL – ¿El botón es un artículo o accesorio de moda?

JPC – Sí, y en estos últimos dos o tres años ha tenido una importante relevancia en las prendas. Si Ud. se fija en las vidrieras hoy, las prendas tienen muchos botones y botones de gran tamaño que realzan la prenda. Eso nos ha exigido tener que comprar máquinas de última tecnología, que pensando lo qué era el mercado si no teníamos posibilidades de exportar era imposible poder desquitar la inversión.En estos últimos cinco o seis años,-desde que se ha hecho el Tratado de Libre Comercio con México, el MERCOSUR con Argentina y con Brasil-; las empresas exportadoras de prendas que sobrevivieron a la crisis están trabajando a buen cupo de producción y  nosotros vamos “prendidos” con ellos.

AL – Aclaramos que el Sr. Crapuchetti no exporta solamente los botones, sino que los exporta muchas veces “prendidos a la prenda”, como parte de la prenda de exportación uruguaya.

JPC – Exactamente. Nosotros hacemos dos trabajos: el primero es cuando tenemos la colección nueva, en el caso de clientes más cercanos como los argentinos, vamos a presentar la colección a las diseñadoras de esas marcas que después ponen los botones en la colección que va a salir a futuro. Muchas veces son importantes marcas que confeccionan en Uruguay, o sea que, la exportación nuestra en gran parte es indirecta: le vendemos a los exportadores de prendas que exportan al mundo. 

AL – Cuando ustedes todavía no habían terminado de pagar las nuevas maquinarias, antes del 2002, se desató la crisis que fue dramática y usted quedó en una situación muy comprometida. ¿Cómo hizo para reconvertir su empresa a partir del año 1997 después que Uruguay entró al MERCOSUR y soportar la dramática crisis del año 2002?

JPC – La crisis que usted sitúa en el 2002 empezó antes; empezó el 13 de enero de 1999 cuando Brasil devalúa. Antes había caído Rusia y atrás México y atrás Brasil, y cuando cae este último, los exportadores uruguayos del cuero tenían sus grandes clientes en Rusia, ahí empieza a mermar la compra.Los clientes de prendas de cuero, -un nicho muy importante nuestro-; cuando caen los de Brasil ahí empiezan a caer los textiles, y se empiezan a ver graves problemas donde nos vimos con muchas dificultades.

Cuando se desemboca en la crisis del 2002 se producen dos crisis en la gran mayoría de las empresas uruguayas: una es la crisis económica financiera y la otra es, -que en nuestro caso fue aún más dramática-, la de la pérdida de ese personal sumamente especializado al cual llevamos a Europa a hacer cursos; para los cuales trajimos técnicos, y perdimos todos los mandos medios, porque uno pensaba en que pagaba muy buen salario a ese oficial muy bien capacitado; pero lo que no tuvimos en cuenta fue que de pronto el entorno familiar se había quedando sin trabajo y al irse los hijos, se iba toda la familia. 

AL – ¿Esa gente a dónde se fue?

JPC – Se fue a Europa y se fue a Estados Unidos. Se fueron cuatro mandos medios muy capacitados pues los enviamos a Europa a capacitarse cuando hicimos las compras de las máquinas;  y esa gente buscó nuevos horizontes.Entonces, ahí había que luchar en la parte financiera, en la parte económica donde perdimos la gran mayoría de nuestros principales clientes, y lo peor de todo es que tuvimos que mantener la producción con gente nueva, lo que implicaba gente sin experiencia y que no era del oficio.

Tratábamos de encontrar personal para trabajar en máquinas automáticas, y como no hay fábricas de botones en gran escala, los torneros que tomábamos de pronto a los 2 o 3 meses se iban porque no era su oficio, entonces fue algo muy difícil de sobrellevar. En el 2004 empieza a revertirse con el Tratado de Libre Comercio con México y salgo yo directamente a vender a México, a vender a Argentina, a vender a Brasil, a vender en ferias. Fue allí que empezamos a ver que había una posibilidad de salir “por la nuestra”, o esa saliendo del Uruguay. Así fue que empezamos lentamente a abrir nuevos mercados directamente nosotros y posteriormente se empieza a levantar la industria de la vestimenta textil con los exportadores que fueron a vender a México y lógicamente como México es un mercado muy grande (90 millones de habitantes), las ventas fueron importantes y ahí empezamos de vuelta a recomponernos.                                              

AL – ¿Cuántos empleados tenía en ese entonces?

JPC – Siempre mantuvimos el mismo personal, -salvo la gente que se nos fue-; por el hecho de que es muy costoso formar una persona en nuestra actividad.Son actividades en donde no se pone un aviso en el diario y le vienen 20 personas y usted elige las tres mejores. No, acá hay que formarlos desde cero y son alrededor de tres o cuatro años de capacitación, de costos bastante grandes. Son máquinas automáticas donde a veces una distracción puede hacer que se pierdan 1.000, 2.000 botones en cinco minutos, porque el obrero de pronto fue a afilar y quedó trabajando la máquina y rompió todos los botones.Entonces, hubo que adiestrar a un  nuevo personal.

En aquel momento éramos 20 o 22, hoy somos 35. Tenemos un personal muy joven, de muy buen nivel técnico, salidos de la Escuela Industrial, excelente tanto en la parte humana como en la parte técnica. Me dijeron los técnicos que trajimos para enseñarles, que era muy lindo trabajar con ellos porque estaban muy abiertos a aprender, a escuchar.En dos o tres años llegamos a tener el personal preparado y volviendo de vuelta, yo creo que hasta mejor que antes, porque los de antes trabajaban con máquinas mucho más viejas y manuales, y hoy trabajan con la misma máquina y la misma tecnología que está produciendo el colega chino, alemán o brasileño.

Apostamos a la calidad, no apostamos a las producciones de gran volumen a pesar de tener máquinas que están preparadas para eso, sino que estamos pensando siempre en aquellos confeccionistas de marca de cantidades pequeñas, pero cosas exclusivas, que pueden pagar un poco más el valor agregado que nosotros ponemos. 

AL – En el programa de Producción Nacional de TV Ciudad, se verán estos procesos para la elaboración de estos botones; algunos que compran la receta en varios miles de dólares en Europa, pero hay botones no sólo artesanales, de cuero, de  guampa, de madera, sino también se ve madera de Olivo estacionada durante años para que logre el secado que se necesita para hacer el botón, y se ven también botones industriales que imitan cuernos de un animal africano. Son realmente increíbles y se hacen en esta fábrica y se exportan. También realizan botones a los cuales con una máquina láser le graban en el borde del botón el nombre de la empresa que pone la marca de esa vestimenta. Son cosas muy interesantes, entre ellas cómo se hace un botón con un veteado que tiene que quedar perfecto. Todo esto se verá en el programa y algo se ve en nuestra página web donde pusimos algunas fotos de los rodajes.

¿Cómo se las arregla con esta baja del dólar? Incluso estuve observando pues salió  la encuesta del Índice del Volumen Físico de la Industria Manufacturera que ha bajado enormemente la producción en la Industria de la Vestimenta en el último mes que se hizo el estudio.

JPC – Se nos está haciendo cada vez más cuesta arriba, porque nosotros facturamos en dólares y tenemos que pagar en pesos. Entonces, pagar a la Impositiva, al BPS, la luz, los salarios nos está siendo bastante más oneroso, ni qué hablar en la competencia. Es un tema que estamos al cual estamos muy atentos. Lo del dólar es a nivel mundial ahora hace unos meses, pero la caída del dólar acá viene siendo acentuada ya hace dos o tres años, esperemos que hayan otras salidas que tengamos para poder competir, pero si sigue depreciándose la moneda cada vez vamos a competir menos y uno que ha vivido la crisis de 1999 para acá, hay algunos elementos que hacen pensar en que estamos, -por lo menos, nuestro sector Vestimenta-; recorriendo caminos que no quisiéramos recorrer más. 

AL – ¿O sea que a usted lo que está pasando ahora le hace acordar a lo que pasó antes a la crisis de 2002?

JPC – Exactamente, porque ya no podemos competir. Si el dólar a 24 y una prenda vale 40 dólares con un dólar a 19,50 se le incrementó un 20 o 25%.Lo mismo pasa con los salarios, con la luz, con todo, porque tenemos que vender el dólar que cobramos. El exportador cobra en dólares, entonces este es un elemento que nos viene preocupando hace más de un año. 

AL – Me imagino que ahora se agrega esta situación problemática en EEUU por la proximidad y la importancia que tiene la economía norteamericana con México.

JPC – Exactamente. Y otro hecho relevante es que el año que viene China entra con arancel cero a México, entonces ya vamos a tener que competir con industrias muy grandes al mismo arancel. Hoy por hoy tenían un arancel muy alto y eso nos posibilita competir, pero bueno hay que ser optimista y nosotros hemos pasado por estas crisis y somos optimistas.  

AL – Las empresas familiares tienen algunos aspectos que son distintos de las empresa comunes. Muchas veces el apellido como en el caso de su fábrica, está en juego el apellido y el honor de la familia. ¿Eso primó a la hora en que usted tuvo que soportar la crisis del año 2002?

JPC – Sí, fue fundamental.

AL – Me decían gente de la Cámara de Industrias que usted a pesar de estar en una situación prácticamente de bancarrota, teniendo que hipotecar su casa, prefirió no enviar a ninguno de sus empleados a Seguro de Paro.

JPC – Sí.  Nosotros valoramos enormemente el equipo de trabajo, es fundamental pues son personas de muchos años de trabajo, salvo la gente que hubo que recambiar, y es una familia. Estuvimos juntos en la crisis y cuando vino la época buena también estamos todos juntos. O sea que fueron momentos muy difíciles, pero salimos y vamos a salir siempre porque es un equipo muy lindo de gente.Aparte es gente polifuncional. 

AL – ¿Qué quiere decir polifuncional? ¿Qué cambian de tarea?

JPC – Nosotros trabajamos muy fuerte en el otoño y en el invierno, y después vienen cuatro meses donde baja notoriamente el trabajo porque en verano se hacen pocos botones, entonces en esos meses donde hay menos trabajo y se hace toda la colección para la próxima temporada, rotamos al personal y preparamos todo lo que es artesanal, todo lo que es madera, lo que es guampa; para que no se nos junte la parte industrial con la parte artesanal. Entonces mantenemos todo el año el mismo horario de trabajo y el mismo personal, y somos muy renuentes a tomar personal en épocas donde tenemos mayor trabajo. Ahí preferimos pagar horas extras al personal y cuando baja mantener la carga horaria, y no tomar gente por cuatro o cinco meses y después rotar.

Acceda a las fotos del rodaje de Producción Nacional en la Fábrica de Botones Crapuchetti.

Desgrabación: Martha Ziman

Edición: Lic. Cecilia Álvarez

1 Comentario

  1. Estimado Sr. Crapuchetti nos interesa su trayectoria, nosotros somos una fabrica enmarcada en el sector textil y estamos intetresados en buscar una representacion en avios para el peru, nos podrian indicar como podriamos conocer mas al respecto de sus productos.

    Saludos,

    luis Peri

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