«La situación de los jóvenes es tremendamente preocupante»

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Projoven y el Inju comenzaron un ciclo de consulta con los partidos políticos, autoridades, trabajadores, empresarios y jóvenes, para elaborar los criterios generales de una futura Ley de Empleo Juvenil. La apuesta es doble: motivar la inserción de los jóvenes en el mercado laboral y fortalecer el sector productivo del país.

Asistente Social Fernando Panizza, director de Projoven.
Entrevista emitida el lunes 21/04/08 en Producción Nacional – 1410 AM LIBRE

 

Alejandro Landoni – El 25% de los jóvenes de entre 18 y 24 años no estudia ni trabaja, uno de cada cuatro no estudia ni trabaja. Realmente es una cifra que a mí nunca me deja de asombrar, porque es una cifra actual pero no es novedosa, sin embargo yo siempre me sorprendo cuando la digo o cuando la recuerdo. Este porcentaje es aún mayor entre las mujeres; una de cada tres no estudia ni trabaja en esta edad, y también, ustedes saben que estos temas tienen rostro de pobreza, el 31% de los jóvenes que están en los estratos más desfavorecidos están también en esta situación.

Actualmente está rigiendo una Ley de Empleo Juvenil, la ley 16.863, una ley que fue muy poco utilizada, nunca contó con muchos atractivos para las empresas. Encima, lo que a las empresas capaz que les llamaba la atención, que era un régimen de exoneraciones al aporte patronal al Banco de Previsión Social (BPS), quedó sin efecto a partir de la entrada en vigencia del nuevo régimen tributario. Así que bueno, las autoridades dicen “Esta ley que rige nunca entró en la consideración de la sociedad, vamos a hacer otra”.

Están en eso, han creado un ámbito de discusión, han invitado a todos los sectores y están justamente formulando las bases de lo que va a ser un nuevo Anteproyecto de Ley de Empleo Juvenil. Están las autoridades en su inmensa mayoría, básicamente autoridades de la educación (Secundaria, UTU, Universidades, realmente el panorama es muy completo), está la gente del Ministerio de Trabajo, está la gente de Projoven, están los trabajadores -a través del Pit-Cnt-, están los empresarios, están las juventudes de los partidos políticos, está la FEUU, la CGU, y me estoy olvidando de muchísima gente.

Para hablar de cómo viene esta discusión y cómo sería esta Ley de Empleo Juvenil es un gusto darle la bienvenida a Fernando Panizza, asistente social y coordinador de Projoven, el programa específico para los jóvenes dentro de la Junta Nacional de Empleo. ¿Cómo anda?

Fernando Panizza – Muy bien, muy agradecido por estar acá.

AL – Encantado de recibirlo.

Projoven funciona desde el año 1994, está dentro de la órbita de la Junta Nacional de Empleo, coordina con el Instituto Nacional de la Juventud (Inju) (ahí tenemos Ministerio de Trabajo y Ministerio de Desarrollo Social), y se especializa en dar cursos para que los jóvenes se inserten rápidamente en el mercado laboral. Tiene un sistema muy interesante, lo estuvimos hablando este año con Panizza, licitan cursos en base a necesidades del mercado, lo que asegura que el 60% de estos muchachos quede trabajando en un empleo formal y el 86% tenga posibilidades de acceder al mercado formal. Realmente una cifra muy interesante en jóvenes que en su gran mayoría están desempeñando su primer trabajo.

Pero, aprovechando que usted es asistente social Panizza, yo estoy admirado de esta cifra de jóvenes que no estudian ni trabajan, y la junto con otra cifra, que apunta hacia otro grupo de estudiantes, que son los que entran en la Universidad. Concretamente en la Facultad de Ingeniería, se hace una prueba cuando los estudiantes llegan, que no es para entrar o no, es para ver con qué nivel vienen, y sólo el 12,3% llega a un nivel de suficiencia y 7 de cada 10 no pueden extraer la idea principal de un texto de idioma español. ¿Cómo ve usted que es un observador privilegiado y aparte tiene una formación específica en esto, la situación de los jóvenes hoy en día?

FP – La situación es tremendamente preocupante, en primer lugar porque ese 25% que como tú bien decías, nos asombra también a nosotros, y nos preocupa porque de por sí la cifra es tremenda, y porque además viene creciendo a raíz de un 1% desde el 2004 hasta la fecha. Viene creciendo porque está habiendo una deserción muy fuerte del sistema educativo formal.

Los gurises desertan en el liceo o desertan de UTU, y en verdad ese dejar de estudiar se refiere a múltiples causas, se refiere a causas sociales, económicas, culturales, pero fundamentalmente, porque estas estructuras, con todo el esfuerzo que hacen -y obviamente me consta que están haciendo esfuerzos muy grandes tanto desde la UTU como de Secundaria- no han logrado adaptarse a las nuevas realidades que requiere la población hoy por hoy. Yo también soy docente universitario y conozco muy de cerca esos datos que tú dabas de lo que pasa en Ingeniería y lo que pasa en diferentes niveles en otras facultades.

En verdad tenemos, por un lado, un problema es que acá, cuando vos estudias una carrera universitaria no tenés posibilidades de insertarte en el mercado laboral hasta que no tenés la última materia aprobada. Te falta una materia para ser ingeniero y prácticamente no sos nada, te falta una materia para ser trabajador social y no tenés posibilidad de ningún título que te habilite para trabajar en nada. Eso es muy desmotivante para los jóvenes, pensar que están en tercero de liceo, que tiene que esperar tres años más para terminar el bachillerato. En realidad ellos dicen “No nos sirve para nada”, pero obviamente no pueden medir la acumulación de conocimiento que van adquiriendo, porque no está ligado a posibilidades claras de inserción laboral. Después cuando entran a la carrera universitaria también, son muy pocas las universidades que tienen títulos intermedios.

Por un lado hay un desfasaje muy grande de toda la formación con lo que es el mercado de trabajo. Cuando los chiquilines dicen “No me sirve para nada” en realidad lo que están diciendo es “No me sirve para poder insertarme laboralmente en algún lugar, yo no quiero estudiar toda la vida, no quiero estudiar 12 años, 14 años”. No todos tienen y tenemos vocación de universitarios, sino que algunos quieren capacitarse lo necesario para poder entrar al mercado laboral como empleado, como obrero, como empresario, y es muy desestimulante que la formación que le damos no los prepare.

Yo creo -y es una hipótesis- que ha habido una falta de acompañamiento en metodologías de enseñanza, en temas incluso que se dan, que no han acompañado las necesidades y las inquietudes de los jóvenes. Cuando todos festejamos, y creo que es una de las cosas en las que ha habido unanimidades en el país, el Plan Ceibal, bueno, por fin a nivel de Primaria se incorporó la informática y los chiquilines pueden empezar a hablar en ese mismo idioma. Actualmente en Secundaria acceder a una computadora es muy complicado. Entonces no es atractivo para los jóvenes ese tipo de educación.

AL – Ese mismo ejemplo lo puso Nicholas Negroponte, el autor del proyecto Un laptop por niño, en Punta del Este en el Foro de Innovación. Yo dije que era una afirmación muy cuestionable, pero recuerdo haberla anotado porque me llamó mucho la atención. Él decía que muchos jóvenes abandonan el sistema formal directamente porque es muy aburrido ir a esas clases, y que justamente con la computadora habían logrado revertir eso; ponía el ejemplo de un país africano donde los chiquilines no habían entrado en el liceo y seguían yendo a la escuela aunque ya no tenían edad ni curso para hacer, justamente para seguir usando la computadora.

FPUn desafío que tenemos los que estamos en la docencia, al nivel que estemos, es cómo motivar a los jóvenes en una cultura de inmediatez. Hay una cosa que se llama “cultura del SMS”. En general los jóvenes hoy por hoy -y no digo que esté bien, pero es una realidad que tenemos que darnos cuenta para ver como aplicamos los correctivos- quieren todo ya, corto y sin profundizar. A los que tenemos algunos años, nuestros hijos nos mandan SMS y ni siquiera entendemos lo que nos quieren decir porque está tan abreviado, todo es tan cortito, rápido, tan concreto, que cuesta mucho.

Eso pasa también a nivel de los estudios. Cuando uno está, en mi caso con estudiantes universitarios, y quiere que razonen, muchas veces dicen “Bueno, y la solución ¿cuál es?”. La solución vamos a construirla, vamos a armarla. Pero uno tiene que estar permanentemente tratando de aplicar metodologías diferentes –yo estoy diciendo esto en el deber ser y tampoco lo logro todo lo que quiero en mis clases obviamente-, pero creo que no hemos tenido una posibilidad de adaptarnos a las nuevas necesidades, a las nuevas tecnologías, a los nuevos momentos que requiere el país, y yo creo que por ahí hay una parte de la explicación muy importante.

Obviamente que hay otra parte, que es lo que tu decías cuando empezabas la nota, que es lo que tiene que ver con la pobreza. Ahí se junta por un lado la tecnificación -y todo lo que está influyendo la televisión, internet, los correos- con una cultura de gente que sale a pelear la diaria en la pobreza y que muchas veces no tiene la posibilidad real de esperar los tiempos necesarios de la capacitación formal. “Está todo bien con que voy a ser mejor mecánico si hago todo un curso de mecánica, pero yo tengo que salir a trabajar ahora, y necesito algo que me habilite a entrar en el mercado de trabajo”.

El año pasado la doctora Claudia Jacinto, una doctora argentina, hacía una evaluación de la experiencia de Projoven, que más allá de lo que corresponde en las generalidades de la ley, ha sido una experiencia exitosa en América Latina. Cuando queríamos ver cuáles son las claves del éxito -hay claves que son inherentes al buen desempeño de Projoven, pero hay otras que son inherentes a la realidad social que vivimos- y uno de los temas que vimos como gran acierto, era que eran cursos muy cortos, de pocos meses, que habilitaban al chico a la chica a insertarse rápidamente en el mercado de trabajo. Entonces valoraban mucho esa herramienta porque sabían que aprendían cosas que son operativas, que no suple para nada los cursos formales, obviamente, que tiene la enseñanza formal, pero que sí le permite y le da la gran llave que es la de poder ingresar al mercado de trabajo, el empresario está esperando que sepa lo que aprende en el curso.

Cuando tu hablabas hoy de la faculta de Ingeniería, uno de los problemas que tiene todo lo que es zona franca de Montevideo, por nombrar un ejemplo, una de las cosas que dicen es que los ingenieros que van a salir en los próximos 15 años “Ya los vamos a tener contratados a todos, sabemos que un 8% y 10% que se van del país, el resto van a entrar todos acá. Pero en realidad el problema que tenemos es que no precisamos ingenieros que sepan absolutamente todo en sistemas, precisamos muchas veces técnicos especializados que a nuestros clientes les permitan solucionar problemas concretos, y de repente capaz que no tiene la visión global, no tiene todo el proceso que puede tener un ingeniero, pero sí conoce de temas claves para entrar a trabajar”.

Y yo creo que ese es el gran desafío e la educación nuestra, es decir, tenemos que ver como en cada una de nuestras carreras podemos hacer que el chico tenga al final de la carrera el título habilitante de la profesión, pero que tenga conocimientos intermedios que lo habiliten a operar en alguna parte del sistema u organización para la cual lo estamos preparando.

AL – Yo les decía que actualmente hay una Ley de Empleo Juvenil, es una ley que no ha tenido mucho andamiento y que perdió lo que quizás era su máximo incentivo, que era la exoneración al aporte patronal al BPS, en julio del año pasado cuando empezó la Reforma Tributaria. Actualmente, las autoridades en general y muchísimas autoridades de la educación están incluidas, los trabajadores, los empresarios, las juventudes de los partidos políticos, los gremios estudiantiles, ya están viendo como va a ser la nueva Ley de Empleo Juvenil. Una movida realmente muy importante.

FP – Analizando esta situación, Projoven conjuntamente con el Inju, decidimos empezar a trabajar en procura de una nueva Ley de Empleo Juvenil, la actual ya no tiene sentido como tu decías, y ¿por qué? Por dos razones sustantivas. Para dar dos datos nada más; Los jóvenes en Uruguay, de entre 18 y 24 años, son el 21% de la población, pero son el 50% de los desocupados del país. Del 8% de desocupados que tenemos la mitad son jóvenes entre 18 y 24 años, cuando en realidad si la gente se insertara naturalmente en el trabajo deberían ser el 21%. Eso ya de por sí es un dato clave para que haya una ley que trate de incentivar el ingreso de los jóvenes al mercado laboral y ni que hablar del 25% de jóvenes que no estudia ni trabaja, los jóvenes en la línea de pobreza, todo el tema de drogadicción, emigración, etcétera.

Básicamente, lo que nosotros decidimos fue hacer una consulta nacional, creo que estamos con una ventaja en este momento en este país, porque ningún sector político, ninguna organización vinculada al empleo juvenil tiene una ley acabada. Obviamente que todos tenemos ideas, sabemos que es lo que queremos, pero no hay una ley acabada, y eso es muy bueno porque nos permite generar una ley consensuada con todos los sectores. Eso fue lo que nos motivó fuertemente a formar esta comisión, que tiene como objetivo primero generar instancias de intercambio, de consulta, para dar los elementos de creación de la nueva ley. Esta comisión se propone tener para setiembre de este año una consulta hecha a todos los sectores de todo el país. Cuando digo todos los sectores digo la educación, los empresarios, los trabajadores, el Instituto niño del Adolescente del Uruguay, que es un factor clave en esto, y obviamente los jóvenes en sí mismo a través de organizaciones políticas pero también de otro tipo de organizaciones juveniles.

No pretendemos llegar a setiembre ni siquiera con un anteproyecto de ley.

AL – Puso un plazo a setiembre, seis meses. Está bueno porque en el Uruguay, se dice habitualmente -en el Parlamento se usa mucho- cuando quieren encajonar algo arman una comisión y se pierde. Acá es hasta setiembre, y van a estar las líneas generales del proyecto.

FP – Exactamente. Estamos tratando de acordar, este miércoles terminamos de acordar el cronograma de acciones para la consulta, cosa de llegar en setiembre a presentarnos en el Parlamento. La idea es presentar todos los acuerdos que hay de los sectores, e incluso ideas en las que no llegamos a acuerdo, pero que fueron ideas presentadas por algún sector determinado, para que el Parlamento tenga los elementos para tomar decisión acerca de la creación de una nueva ley.

Por suerte estamos en un momento en el cual prácticamente todos los sectores políticos están interesados en una ley, todos están integrando la comisión, pero a su vez también hay parlamentarios de los distintos partidos políticos que están siguiendo de cerca el tema de la ley y apostando fuertemente a que en setiembre los parlamentarios puedan tomar el tema y sacarlo rápidamente. Somos optimistas que se va a poder dar en plazos relativamente cortos, aspiramos que en 2009 se apruebe la ley definitiva, sobre todo por la urgencia que tenemos en relación al tema juvenil. No es un tema que uno pueda esperar y decidir dejarlo para la futura administración, sino que necesitamos incentivar para que se generen puestos genuinos de trabajo, y ahí creo que estamos todos de acuerdo.

Nosotros desde Projoven ponemos un énfasis muy fuerte en que la inserción tiene que ser en empresas privadas, tiene que ser en trabajos reales, no en trabajo protegidos, con lo cual esta ley va a tener por un lado que apoyar e incentivar las políticas de inversión en el país y también obviamente incentivar a las empresas a que contraten jóvenes.

Una pregunta que siempre se nos hace en este momento, y que a esta altura no la podemos responder es ¿qué incentivos se van a dar? En realidad no sabemos, porque hay diferentes posiciones, estamos empezando a debatirlo, pero más allá que sean o no incentivos tributarios, que no siempre son los más interesantes, sí creo que tiene que haber incentivos que no solamente permita que entren más jóvenes sino que también permita que el sector empresarial crezca, que los incentivos creen valor agregado al sector empresarial, porque acá lo que nos interesa a todos, le interesa a los sindicatos, en definitiva a las empresas y a todos los trabajadores es que las empresas sean viables, fuertes y crezcan, de esa manera vas a poder tener cada vez menos desocupación. Por lo cual pensamos que los incentivos tienen que apuntar no solamente a rebajas tributarias, sino también y fundamentalmente a hacer más competitivas las empresas. No voy a adelantar algunas ideas porque sería un atrevimiento hacerlo, estamos recién en las primeras instancias, pero sí quiero decir que la idea es que la consulta sea lo más amplia posible para que todos quienes han aplicado o estén interesados en aplicar la Ley de Empleo Juvenil tengan una oportunidad de participar.

AL – ¿A nivel de los empresarios ha tenido recepción el tema?

FP – Si, de hecho hay representantes de los empresarios en la comisión y nosotros tenemos mucha expectativa. En las próximas dos reuniones vamos a terminar de armar el cronograma de cómo va a ser la consulta y allí los  empresarios se comprometieron a traer una propuesta sobre como consultar a los sectores empresariales. Así y todo la idea es que a través de los Comités Locales de Empleo que tiene la Junta Nacional de Empleo en el país, se convoque también en lo local a todos los actores, entonces allí también la participación de los empresarios va a ser muy fuerte. De hecho con el Inju y Projoven vienen trabajando mucho, entonces es relativamente más fácil convocar en el interior que en Montevideo e incluso es más fácil convocar a todo tipo de empresa, no solamente a la empresa pequeña, sino también a  la gran empresa.

Hay receptividad, hay preocupación; yo creo que seas empresario, seas profesional o trabajador, hoy por hoy el tema de la juventud nos preocupa a todos, todos estamos relacionados con la juventud. De hecho, tenemos que ser honestos, tanto al Inju como a nosotros no nos costó mayor esfuerzo reunir a la gente. Convocamos y en la primera reunión estuvo todo el mundo, y eso habla de que hay interés en el tema.

AL – Vamos a seguir bien de cerca este tema, porque con esto del empleo juvenil, de la formación de los niños y los jóvenes se juega el futuro del país, los próximos quince, veinte años, o capaz que antes, porque con gente que tiene 24 años y no estudia ni trabaja, ellos ya son el presente.

Fue un gusto haber recibido esta tarde al asistente social Fernando Panizza, coordinador de Projoven. Muchas gracias.

Desgrabación y edición: Lic. Cecilia Álvarez.

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