CIU: «queda mucho por hacer» por la articulación con la academia

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Carola Saavedra y Cecilia de Soto explicaron cómo desde la CIU se busca fomentar la asociatividad y el emprendedurismo corporativo como forma de generar innovación.

Carola Saavedra y Cecilia Se Soto, del Centro de Gestión Tecnológica de la Cámara de Industrias.

La mayor parte de las empresas uruguayas son poco innovadoras y entre los empresarios que quieren mejorar un proceso o incorporar tecnología en su empresa, son pocos los que toman en cuenta a la Universidad de la República o a la Academia en general para ir a buscar allí la solución.

A lo largo de este ciclo hemos conocido la opinión de los académicos respecto a este problema, universitarios de la Facultad de Ciencias Económicas, de la Facultad de Química y de la Facultad de Ingeniería, y en esta oportunidad contaremos con el punto de vista de los empresarios, en particular, con representantes de la Cámara de Industrias, un sector importante en nuestro país.

La economista Carola Saavedra, coordinadora ejecutiva del Centro de Gestión Tecnológica (CEGETEC) de la Cámara de Industrias, y Cecilia de Soto, gestora de proyectos del mismo centro, explican cuál es la visión desde el empresariado. El CEGETEC funciona desde 1994 y promueve, orienta y facilita la innovación y el desarrollo tecnológico en el sector industrial. Incluso, ya tiene varios convenios con sectores académicos por este objetivo.

Alejandro Landoni — ¿Ratifican que están alejados la Academia y el sector productivo?

Carola Saavedra — Nos plantearíamos que queda mucho por hacer. Todavía la articulación y el acceso de la empresa a servicios científico-tecnológicos es un área potencial de mucho trabajo.

La Cámara de Industrias como una gremial empresarial, a su vez también tiene un área de desarrollo empresarial con más de diez profesionales técnicos. Nosotros integramos esa área dentro de lo que se llama el Centro de Gestión Tecnológica. La Cámara apuesta a una mejora de la competitividad del sector industrial con personal técnico asignado para apoyar a las empresas con capacitación y asistencia técnica en diferentes temas. Uno es el tema de innovación y desarrollo tecnológico de las empresas.

O sea, CEGETEC se focaliza en el tema de desarrollo tecnológico e innovación. Hay otros compañeros con los cuales articulamos actividades; en el área de internacionalización o el área de productividad; el área del instituto de formación; etcétera. En definitiva, somos más de diez personas, un staff que está apoyando, fomentando y creando servicios de apoyo al sector empresarial.

A.L. — Eso es interesante tenerlo como marco.

Cecilia de Soto — No está desconectado, la innovación es parte de todo un abanico de apoyos que tienen que ver con otras áreas. Definitivamente la innovación es un eslabón más de todas aquellas cosas que las empresas necesitan para mejorar su competitividad.

A.L. — ¿Por qué consideran que queda mucho por hacer la academia en el tema de vincularse entre la Academia y el sector productivo?

C.S. — En el Centro de Gestión Tecnológica para fomentar que las empresas incorporen innovación y apliquen medidas o actividades de desarrollo tecnológico, creemos que hay que generar muchos servicios o muchas áreas de trabajo que permitan lograrlo.

En ese marco creemos que en Uruguay actualmente no hay aún funcionando muchos servicios de desarrollo empresarial y servicios de innovación.

Obviamente, la Agencia de Investigación e Innovación (ANII) está fomentando eso.

Cecilia De Soto — Hay un tema cultural e histórico que marca el país. Si vemos en grandes números lo que son las exportaciones; la producción uruguaya, — si bien hay un cierto cambio hacia productos de mayor valor agregado —, históricamente la producción y la industria uruguaya se han basado en productos sin demasiada incorporación tecnológica.

Sí ha habido iniciativas de empresas individuales, pero la innovación requiere asociatividad; requiere mucha asociación entre distintos conocimientos e incorporación tecnológica.

Eso históricamente no se ha dado.

Por otro lado, la Academia también está cambiando (por suerte); hay mucho por hacer pero se ve un proceso de cambio. Pero también, del lado de la Academia no ha habido históricamente una atracción a acercarse a soluciones productivas.

Creo que hay un cierto divorcio histórico, que por suerte, se está entendiendo y comprendiendo que no se puede mantener para cambiar la oferta; para avanzar en la innovación del país, la producción, etcétera.

C.S. — En definitiva, el mercado de servicios científico-tecnológicos, se servicios de mejora de competitividad, de incorporación de actividades de innovación; tanto del oferente — que seríamos nosotros —, como de parte de la demanda de las empresas, todavía es muy incipiente.

Eso implica un esfuerzo grande de convocatoria, de diseño de herramientas que nosotros estamos tratando de reimpulsar.

Cecilia de Soto — Quiero agregar: está la industria, la Academia y falta el sector público, donde creo que tampoco ha habido históricamente desde este sector un marco que posibilite la interacción de los otros dos.

A.L. — Tiene razón. Nosotros nos enfocamos en la Academia y el sector productivo, pero el sector público también es otro…

Cecilia de Soto — Es un actor fundamental.

A.L. — ¿Cómo se juntan el sector productivo con la Academia? ¿Se entienden? ¿Hablan lenguajes diferentes? ¿Necesitan la figura de un vinculador en el medio para que trate de armonizar esos dos sectores?

C.S. — Nosotros creemos que sí, porque eso es parte de nuestra función. Ahora, ¿a qué le llamamos vinculador? O sea, ¿qué es lo que tratamos de hacer?

Nuestra fortaleza es que más de 1.200 empresas industriales son socias de la Cámara de Industrias; hay una alta representatividad sectorial. Además, conocemos y las empresas tienen una gran confianza en nuestras actividades. Tenemos un lenguaje a través del cual sabemos cómo llegar a ofrecerles un servicio acorde a sus necesidades, a sus demandas.

Por otro lado, también la Academia tiene la infraestructura científica-tecnológica; el conocimiento y el gobierno también tienen el conocimiento, la línea estratégica y el financiamiento. O sea, que todos somos partes de un mismo puzle en definitiva.

El tema es que ese lenguaje es difícil, pero lo que más estamos viendo nosotros, es que lo que más importa cuando uno se vincula con otras instituciones y trata de sacar adelante productos o servicios concretos, es generar una base de confianza sólida que nos permita trabajar y tirar para el mismo lado. ¿Qué quiero decir con esto?

Que realizamos un esfuerzo de entender cuál es mi rol; que yo puedo colaborar con usted y en qué puedo colaborar; cuáles son mis fortalezas; cuál es mi papel y cuál va a ser el suyo; entender el suyo. En ese marco creo que lo fundamental es empezar a entender qué papel juega cada institución; qué puede aportar y cómo nos podemos articular.

Después de eso además, definir qué tema vamos a trabajar y ahí ver cómo lo vamos a hacer o sea, qué desarrollo tecnológico nos va a permitir llevarlo adelante. Es un esfuerzo que lleva a sus meses.

A.L. — El tema de los meses es una afirmación interesante porque he escuchado a muchos empresarios que se quejan porque todo demora mucho cuando van al sector académico, ya que no manejan los mismos tiempos.

Los Decanos que han venido al programa o la gente de los programas vinculados a la vinculación tecnológica de la Academia y de las tres Facultades; los tres reconocían implícitamente que los tiempos de la Universidad a veces son mucho más lentos que en el sector industrial.

¿Ustedes cómo lo viven?

C.S. — Nosotros estamos tratando de no ir caso a caso. El rol del vinculador lo vemos más con la generación de servicios más estructurantes, grandes, que permitan llegar a una masa crítica de empresas mayor.

La estrategia de CEGETEC es generar servicios y precisamos alianzas permanentes, tanto en el ámbito académico, diferentes instituciones; como en el ámbito gubernamental; programas PACC, PACPYMES. Nos movemos articulando, pero apuntamos a generación de servicios que permitan réplica, que permitan desarrollo metodológico, que permitan llegar a una masa crítica de empresas mayor.

Nos parece que va a tener un impacto mayor más que desarrollar una metodología de empresa o instituto.

Cecilia de Soto — Como que justamente el rol del vinculador — con este enfoque que estamos implementando en CEGETEC en esta etapa —, es ese trabajo de aceitar los mecanismos, estandarizar procesos; generar la base de confianza para después llegar a un servicio más estandarizado y que pueda replicarse en tiempos empresariales.

Lo que nosotros le vendemos al empresario es todo el trabajo previo. Antes de llegar a algo que ellos más fácilmente puedan aplicar.

En otras instancias el CEGETEC había probado otros enfoques más de uno a uno: un empresario con un investigador, y definitivamente lo que se ha visto es que este enfoque es más difícil, más desgastante, más complejo.

En cambio, un enfoque más institucional que logre antes de acercarse al empresario, toda esa elaboración previa, tiene un impacto mejor y es más fácil de llegar al empresario y a más de una empresa. Que tenga un impacto a largo plazo.

A.L. — Les pido que pongan ejemplos concretos, convenios en los que están trabajando o incluso este Programa de Emprendimientos Corporativos que acaban de lanzar hace pocos días.

C.S. —Nosotros desde el año pasado, cuando armamos un plan nuevo de estratégico de CEGETEC, salió un tema que nos parece importante: que las empresas para fomentar ese desarrollo tecnológico tienen que contar con información. En ese momento establecimos que era necesario crear un Servicio de Vigilancia Tecnológica, en ese marco empezamos a vincularnos con otros actores y se formó una Red Nacional de Propiedad Intelectual, integrada por la Dirección Nacional de Propiedad Intelectual; el Clúster Ciencias de la Vida de PACPYMES; la ANII; la Universidad de la República está por el Polo Tecnológico de Pando, por la Comisión de Propiedad Intelectual, por la Facultad de Química, el Consejo de Derechos de Autor, etcétera.

Es una red abierta a la que tienen interés de integrarse nuevos miembros.

A.L. — ¿Qué significa la vigilancia tecnológica?

C.S. — Nosotros queremos básicamente que las empresas sepan cuáles son las tendencias tecnológicas — en esta red es un poco más amplia porque van temas de propiedad intelectual también —; o sea, fomento del uso de herramientas de propiedad intelectual.

La vigilancia busca que la empresa conozca las tendencias tecnológicas de su sector; sepa hacia dónde va; sepa que si yo voy a invertir en una máquina y voy a usar un tipo de materia prima; esa materia prima va a seguir en el mercado durante diez años o si se va a cambiar por otra; o si voy a sacar un nuevo producto. Que sepa cuáles son las tendencias de su sector.

En esta red estamos armando un proyecto con la venia de la ANII para tratar de generar servicios: un área de Servicio de Empresa, Servicios de Investigadores; formación de Recursos Humanos.

Después de un año logramos “bajar a tierra”; construimos la confianza entre todos los actores; sabemos qué papel juega cada uno. Ha pasado tanto tiempo y hemos logrado por ejemplo, definir los componentes o los grupos de trabajo que tendrá ese proyecto, y naturalmente salió quién iba a liderar cada grupo de trabajo. Salió porque yo entiendo cuál es su rol, cuál son sus funciones, cuáles son sus fortalezas. Si nos hubiéramos planteado hace un año decir cómo se va a armar este proyecto, hubiese sido muy difícil.

Otra actividad, que Cecilia está liderando, es un programa para insertar a los empresarios en el Programa Emprender que es un programa de la Corporación Nacional para el Desarrollo, el Latu, el FOMIN, que es un programa de Desarrollo de Emprendimientos Corporativos.

La Cámara de Industrias también tiene interés en fomentar el emprendedurismo. ¿Cómo lo hacemos desde una Cámara Empresarial: tratando de insertarnos en un ámbito de emprendedurismo donde varias instituciones ya están trabajando? Justamente, se eligió un tema de desarrollo de emprendimientos corporativos.

A.L. — ¿Qué es un emprendimiento corporativo?

Cecilia de Soto — Es un nuevo negocio generado a partir de una empresa o corporación ya constituida y que tiene el objetivo de consolidar, de mejorar la posición estratégica y la posición financiera de la empresa que lo genera y de ese nuevo emprendimiento.

También se llaman Spin Off Universitarios,  o en este caso, de emprendimientos corporativos, lo que sería un Spin Off Empresarial Industrial.

Básicamente es un nuevo emprendimiento incubado dentro de una empresa de formación.

A.L. — ¿Una empresa que quiere ampliar de rubro porque vio un negocio conexo, por ejemplo?

Cecilia de Soto — Exactamente. Un negocio conexo; un negocio que consolida en la logística, en su estrategia de venta o de internacionalización, pero que no tiene porqué ser exactamente lo mismo que está haciendo.

Porque si no sería ampliarse y no habría diferencia entre un emprendimiento corporativo y ampliar productos. La idea es que tenga un diferencial tanto en su ejecución como en su estrategia, que sea algo diferente. Que se complemente, que se consolide.

Los emprendimientos corporativos pueden tomar muchas formas. Pueden terminar siendo una empresa nueva o un proyecto, una línea de negocios nueva. Una unidad de negocios nueva no tiene porqué siempre estar separada de la empresa madre, pero sí que tenga una concepción distinta de hacia dónde va.

A.L. — ¿En qué ayudan a esa empresa que viene con una idea y recurre al CEGETEC?

Cecilia de Soto — La propuesta del Programa DEC es acompañar en el pienso estratégico en el equipo de dirección y en el equipo en el que se define la empresa para trabajar en ese tema. En todo un “pienso” que sea sistemático, donde se busque cuáles son las fuentes posibles de nuevas ideas de negocios, en el diseño de ese nuevo negocio, y después en su implementación.Es un trabajo que estamos planeando para seis meses de trabajo, de semana a semana, son sesiones semanales de una hora y media entre dos consultores y el equipo de la empresa donde hay un plan de trabajo ya predefinido de seis meses y a los seis meses se termina con un plan de negocios de este nuevo emprendimiento.

Se establece de dónde surge el emprendimiento, quién lo va a ejecutar, qué objetivos tiene, y se elabora un plan de acción bien concreto. Y después del plan de negocios, (después de esos seis meses), acompañarlo monitoreando y también ayudándolo a buscar recursos que eventualmente puedan necesitarse y definir planes de acción concretos para su ejecución.

A.L. — ¿Esto es para empresas grandes, o es también para empresas pequeñas o medianas?

Cecilia de Soto — No tienen porqué ser exclusivamente grandes, pero sí tienen que ser empresas que tengan una estructura que les permita sostener o incubar un nuevo emprendimiento.

No queremos restringirlo sólo a empresas grandes, pero sí es verdad que en la realidad, una pequeña empresa o una microempresa que está sobreviviendo y está en la lucha por salir adelante, es difícil que pueda además sostener un nuevo emprendimiento que ya de por sí es un esfuerzo grande.

Otra cosa para destacar es el vínculo entre emprendedurismo e innovación.

A.L. — ¿Cómo es eso?

Cecilia de Soto — Definitivamente, la innovación y el emprendedurismo tienen muchos puntos en común. Una empresa innovadora, con equipo innovador requiere determinadas características que están asociadas con el emprendedurismo. Es abrirse paso a cosas nuevas; generar nuevas soluciones. El emprendurismo genera innovación.

Un emprendedor es una persona innovadora, de ahí el porqué CEGETEC está liderando este proyecto.

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